En una rosada zona en la ciudad de México, han proliferado bares y antros con denominación "gay", yo suelo frecuentar uno de ésos lugares, agradecido por los accesibles costos, la buena música y el excelente ambiente que suele reinar.
Debido a mi postura open mind siempre pensé que sería muy sencillo para mí habituarme a un lugar de "ambiente", sin embargo, de cuando en cuando me topo con algunas cosas que no dejan de sorprenderme.
Hace algunos días me llevé otra de mis sorpresas; mientras bailaba con mi flaca, divisé a un hombre como de cuarenta y tantos, con una fisonomía que te hacían pensar que venía de provincia. Piel morena y quemada por el sol, el cabello recortado e hirzuto, bigote, camisa blanca cubriendo una gran barriga chelera, pantalón de vestir barato (y no quiero ser despectivo, sólo descriptivo) y zapatos negros. Llevaba una mochilita de hombro colgada cual morral. Por instantes era fácil imaginártelo llevando huaraches, ropa de manta, sombrerito y un morralito de lana repartiendo papelitos en el metro.
Advierto que los pensamientos que a continuación escribiré no tuvieron jamás el propósito de demeritar, discriminar o encasillar a nadie, pero soy un fanático creador de historias y tiendo a crearlas cuando algo me sorprende o me intriga.
Lo primero que imaginé es que el pobre hombre venía a buscar al hijo descarriado tratando de hacer caso omiso (dolido en el fondo por una clásica educación machista que persigue la homosexualidad) de los jóvenes que se prodigaban besos y caricias a su alrededor. Se notaba que buscaba a alguien con la mirada y sentí un poco de pena por el señor y la lucha interna que seguramente se disputaba en su interior ante la duda de castigar y perseguir o abrazar una vez encontrado el extraviado.
Poco después me di cuenta de que había dejado de buscar y solo, trataba inútilmente de seguir el ritmo de los beats electrónicos que hábilmente mezclaba el dj.
Mi hipótesis cambió: -Éste cuate viene a ligar. - Pensé. No sería la primera vez que veo a alguien arriba de los 40 metido en el Tito's para llevarse carne fresca, o por lo menos intercambiar salivas con un jovencito dispuesto a cambio de una ronda de cervezas. Lo veía sólo sabiendo que si no tomaba la iniciativa él, se quedaría sólo el resto de la noche. No era precisamente un adonis y tan alejado de la edad promedio del lugar (unos 24) estaba destinado al fracaso.
Una media hora después supe cuál era la realidad; el "Don" vino acompañando a su hija y a su novia al lugar. Jamás hizo ningún ademán de desprecio, asco al ver a los chicos procurándose afectos y menos cuando su hija y su presumible pareja lo hacían también. Las dejaba y por momentos trataba de integrarse a un ambiente completamente desconocido. Me conmovió la apertura y sobriedad de un hombre que por su presumible origen debería estar lleno de pensamientos en contra de cierto tipo de inclinaciones.
Los ví a los tres tomar algunas cervezas y a la feliz pareja bailando y disfrutando del ambiente mientras el papá buscaba la forma de entretenerse o distraerse a su manera. Al final de la noche salieron los tres abrazados, la hija con su pareja a un lado y su padre del otro.
Hay veces, que las sorpresas te esperan más allá de tu corta visión del mundo, ofreciéndote esperanzas de tolerancia y entendimiento.
Caminar es mucho más que dar pasos, caminar es avanzar, evolucionar aprender, experimentar, vivir.
miércoles, 25 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
ADOPCIÓN Y HOMOFOBIA
El pasado 16 de Agosto, los ministros de la Suprema Corte de la nación, otorgaron su aprobación para que los matrimonios homosexuales pudieran tener acceso a la opción de adoptar un hijo.
Una acción a la vez revolucionaria (por el contexto tradicionalista de nuestro México) y desde el punto de vista de algunos innecesaria (puesto que en la constitución, el derecho de adopción pertenece a los matrimonios reconocidos por el estado, y jamás menciona que es excluyente de matrimonios homosexuales)
Hay tantos argumentos para debatir acerca de si es "natural" o no la homosexualidad que no sería suficiente exponerlos en una sóla entrada, pues la réplica es necesaria. Sin embargo, y ya instauradas no sólo las relaciones homosexuales públicas sino incluso su unión legal ante el estado, creo que la discusión no tiene mucho sentido. Podrás estar a favor o en contra, pero es su derecho unirse como pareja.
Hace algunos años, alguien me preguntó mi opinión sobre el mismo tema. Le dije que era algo muy complicado, pues los niños podrían confundirse acerca de sus preferencias sexuales, o que podrían ser víctimas de las peores burlas o difamaciones por parte de sus compañeros de escuela.
Sin embargo me quedé pensando mucho en el tema, y llegué a las siguientes conclusiones:
1.- Si hay personas homosexuales, hijos de padres hetero. ¿Es acaso porque están confundidos? No lo creo. Definieron una postura basándose en sus propios gustos independientemente de si sus padres lo compartieran o no. Por tanto, no necesariamente un joven hetero sería tan influenciado como para pensar que su heterosexualidad es "anormal" o "inaceptable".
2.- Las burlas, ¿Si yo fuera un niño sin padres, abandonado y uno entre otros 300 que tienen que compartir habitaciones, ropa, comida y atenciones (cuando las hay) o puedo elegir entre un par de personas que quieren procurar un buen futuro, amor, atención y protección, aunque se burlaran de mi, elegiría la segunda opción.
¿Qué los hace tan diferentes?
¿Acaso voy a dejar de hablarle a alguien porque le gusta comer ajos crudos y lo "normal" es que sea algo desagradable?
¿Acaso porque alguien prefiere el helado de fresa al de vainilla lo voy a tachar de raro, anormal o anomalía?
Son gustos señores, y si alguien que come hígado con mermelada puede adoptar niños, ¡Un gay también!
Una acción a la vez revolucionaria (por el contexto tradicionalista de nuestro México) y desde el punto de vista de algunos innecesaria (puesto que en la constitución, el derecho de adopción pertenece a los matrimonios reconocidos por el estado, y jamás menciona que es excluyente de matrimonios homosexuales)
Hay tantos argumentos para debatir acerca de si es "natural" o no la homosexualidad que no sería suficiente exponerlos en una sóla entrada, pues la réplica es necesaria. Sin embargo, y ya instauradas no sólo las relaciones homosexuales públicas sino incluso su unión legal ante el estado, creo que la discusión no tiene mucho sentido. Podrás estar a favor o en contra, pero es su derecho unirse como pareja.
Hace algunos años, alguien me preguntó mi opinión sobre el mismo tema. Le dije que era algo muy complicado, pues los niños podrían confundirse acerca de sus preferencias sexuales, o que podrían ser víctimas de las peores burlas o difamaciones por parte de sus compañeros de escuela.
Sin embargo me quedé pensando mucho en el tema, y llegué a las siguientes conclusiones:
1.- Si hay personas homosexuales, hijos de padres hetero. ¿Es acaso porque están confundidos? No lo creo. Definieron una postura basándose en sus propios gustos independientemente de si sus padres lo compartieran o no. Por tanto, no necesariamente un joven hetero sería tan influenciado como para pensar que su heterosexualidad es "anormal" o "inaceptable".
2.- Las burlas, ¿Si yo fuera un niño sin padres, abandonado y uno entre otros 300 que tienen que compartir habitaciones, ropa, comida y atenciones (cuando las hay) o puedo elegir entre un par de personas que quieren procurar un buen futuro, amor, atención y protección, aunque se burlaran de mi, elegiría la segunda opción.
¿Qué los hace tan diferentes?
¿Acaso voy a dejar de hablarle a alguien porque le gusta comer ajos crudos y lo "normal" es que sea algo desagradable?
¿Acaso porque alguien prefiere el helado de fresa al de vainilla lo voy a tachar de raro, anormal o anomalía?
Son gustos señores, y si alguien que come hígado con mermelada puede adoptar niños, ¡Un gay también!
lunes, 16 de agosto de 2010
MI CARRERA COMO AGRICULTOR V
Hace mucho que no escribía acerca de "Highlander" mi ajo inmortal. Estaba alicaído y sensible (no se crean) porque resulta que el inmortal que sobrevivió lluvias torrenciales, gatos malditos y mi mano, por fin decidió colgar los tenis.
¿Qué le sucedió? Creo que jamás lo sabré, una a una sus hojitas se fueron marchitando, se fueron poniendo amarillas. No importó que le hablara (órale cabrón ¿qué te pasa?) ni que le echara aguita ni la pusiera en el solecito, estuve a punto de ponerle pastillitas de calcio para fortalecer sus dientitos... Nada.
Nomás un día despertó así.
Todavía de ingenuo lo dejé un par de días así, para ver si el "highlander" me sorprendía de nuevo y demostraba su naturaleza inmortal nuevamente.
Ya que ví que al tercer día no resucitó, le di un jalón para tirarlo a la basura. Y resulta que el condenado me tenía una sorpresa reservada:
Una cabeza con diez dientes no muy grandes pero olorosos y jugosos colgaba debajo de mi ajito. No sé si habrá cumplido su ciclo y por eso se marchitó o si me dió un último regalito antes de morir prematuramente. Pero ahí tenía yo una cabeza completa después de casi 8 meses de espera.
Queda más que claro que no será un gran negocio, pero puedo redimir mi pobre carrera de Agricultor y saborear ajito casero de cuando en cuando. Tomé tres dientitos para plantarlos y dejé el resto en la cocina.
Ya hace algunos meses de eso, y por un momento pensé que los genes del "Highlander" no se transmitían, pero me equivoqué.
Les presento a Elena, Chucho y Carlitos.
¿Qué le sucedió? Creo que jamás lo sabré, una a una sus hojitas se fueron marchitando, se fueron poniendo amarillas. No importó que le hablara (órale cabrón ¿qué te pasa?) ni que le echara aguita ni la pusiera en el solecito, estuve a punto de ponerle pastillitas de calcio para fortalecer sus dientitos... Nada.
Nomás un día despertó así.
Todavía de ingenuo lo dejé un par de días así, para ver si el "highlander" me sorprendía de nuevo y demostraba su naturaleza inmortal nuevamente.
Ya que ví que al tercer día no resucitó, le di un jalón para tirarlo a la basura. Y resulta que el condenado me tenía una sorpresa reservada:
Una cabeza con diez dientes no muy grandes pero olorosos y jugosos colgaba debajo de mi ajito. No sé si habrá cumplido su ciclo y por eso se marchitó o si me dió un último regalito antes de morir prematuramente. Pero ahí tenía yo una cabeza completa después de casi 8 meses de espera.
Queda más que claro que no será un gran negocio, pero puedo redimir mi pobre carrera de Agricultor y saborear ajito casero de cuando en cuando. Tomé tres dientitos para plantarlos y dejé el resto en la cocina.
Ya hace algunos meses de eso, y por un momento pensé que los genes del "Highlander" no se transmitían, pero me equivoqué.
Les presento a Elena, Chucho y Carlitos.
miércoles, 11 de agosto de 2010
LLUVIA VS. HUMEDAD
Ayer como a esta hora, Venus me enseñó una valiosa lección de ciencias naturales:
La diferencia entre lluvia y humedad.
La lluvia se puede anticipar la mayoría de las veces, se anuncia muchas veces con nubarrones y truenos estruendosos. Cuando cae, suele empaparte, derramarse sobre ti, hacer charcos y a veces incluso inunciaciones, pero después de algunas horas, a veces algunos días, hasta la más salvaje de las lluvias se evapora y queda reducida a nada.
La humedad, en cambio, no se anuncia, no la ves aunque esté. Trepa por tus paredes escondida detrás de la pintura hasta que un día simplemente te bota un trozo de color para ponerte avisarte de su presencia. En ése momento tienes que tomar una decisión. O dejas la pared como está, o te dedicas de ahora en adelante a cuidar la pared.
Ella es mi humedad. Estuvo ahí desde hace tantos días, tantos meses, y no la ví, se me metió por entre la piel y por entre los dedos, y un día decidió botarme un trozo de pared.
Yo decidí cuidar mi muro, aunque mis huesos no dejen de estar húmedos nunca más.
Te amo.
La diferencia entre lluvia y humedad.
La lluvia se puede anticipar la mayoría de las veces, se anuncia muchas veces con nubarrones y truenos estruendosos. Cuando cae, suele empaparte, derramarse sobre ti, hacer charcos y a veces incluso inunciaciones, pero después de algunas horas, a veces algunos días, hasta la más salvaje de las lluvias se evapora y queda reducida a nada.
La humedad, en cambio, no se anuncia, no la ves aunque esté. Trepa por tus paredes escondida detrás de la pintura hasta que un día simplemente te bota un trozo de color para ponerte avisarte de su presencia. En ése momento tienes que tomar una decisión. O dejas la pared como está, o te dedicas de ahora en adelante a cuidar la pared.
Ella es mi humedad. Estuvo ahí desde hace tantos días, tantos meses, y no la ví, se me metió por entre la piel y por entre los dedos, y un día decidió botarme un trozo de pared.
Yo decidí cuidar mi muro, aunque mis huesos no dejen de estar húmedos nunca más.
Te amo.
BITACORA DE VIAJE MJ359
M. J. había emprendido su primer viaje en búsqueda de ése preciado líquido necesario para la supervivencia de su especie. En el lugar donde nació, no hay registro alguno de éste elixir maravilloso, así que su raza se ve forzada a emigrar largas distancias con un único objetivo: perpetrar a la especie.
Por la forma en que volaba se notaba que eran sus primeras maniobras fuera de su hogar, aún así ya se encontraba en un punto sin retorno, o encontraba el vital líquido o se atenía a la peor de las consecuencias, la muerte.
Cuando por fin encontró una superficie adecuada para realizar su primer aterrizaje el temor a lo desconocido y un movimiento completamente inesperado lo hizo despegar en cuanto había tocado la superficie, pero no había opción, tenía que aterrizar.
Un segundo intento en una superficie un poco más firme quizá garantizaría un mejor aterrizaje y mayor seguridad mientras realizaba la búsqueda de su preciado tesoro. De entre la obscuridad apareció un monstruo que lo superaba varios miles de veces en peso y tamaño y lo aplastó.
Bitácora de viaje:
3:59 am. Mosco Joven se acerca a su primera víctima, se espanta cuando me despierto ante su molesto zumbido, espero a que se acerque nuevamente, se posa sobre mi frente, lo aplasto con mi mano.
Yo gano.
Por la forma en que volaba se notaba que eran sus primeras maniobras fuera de su hogar, aún así ya se encontraba en un punto sin retorno, o encontraba el vital líquido o se atenía a la peor de las consecuencias, la muerte.
Cuando por fin encontró una superficie adecuada para realizar su primer aterrizaje el temor a lo desconocido y un movimiento completamente inesperado lo hizo despegar en cuanto había tocado la superficie, pero no había opción, tenía que aterrizar.
Un segundo intento en una superficie un poco más firme quizá garantizaría un mejor aterrizaje y mayor seguridad mientras realizaba la búsqueda de su preciado tesoro. De entre la obscuridad apareció un monstruo que lo superaba varios miles de veces en peso y tamaño y lo aplastó.
Bitácora de viaje:
3:59 am. Mosco Joven se acerca a su primera víctima, se espanta cuando me despierto ante su molesto zumbido, espero a que se acerque nuevamente, se posa sobre mi frente, lo aplasto con mi mano.
Yo gano.
martes, 10 de agosto de 2010
TAPON DE GASOLINA
Tuve la oportunidad de tomar estas fotografías en el saturado tránsito de la Ciudad de México. Está más que claro porqué los camiones y autos de las películas explotan al menor contacto, seguro que usan tapones de gasolina de manufactura mexicana.
Esto es: Mexican alambrito.
miércoles, 4 de agosto de 2010
LA NEUROSIS, MI NEUROSIS
Neurosis. la Wiki la define como síntoma como "un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad".
En algún lugar me explicaron que el ser humano va acumulando estrés, frustración, ira, enojo entre otras múltiples porquerías mentales cuando se enfrenta a diferentes situaciones diarias, pero que normalmente suele contenerse hasta que encuentra un "disparador de neurosis" Éste se trata de un evento, hecho, persona, ruido o estímulo cualquiera que puede abrir la válvula y liberar nuestro peor Mr. Hyde.
Todos tenemos diferentes "disparadores" generalmente tenemos varios. Puede ser una cosita de nada como el ruidito de alguien masticando, una palabra mal dicha o un olor desagradable. Uno de mis disparadores es la estupidez humana.
Detesto a la gente estúpida, y más aún porque creo que la mayoría lo son por elección, porque no les gusta pensar. Nada en su cerebro les impediría ser tan capaces como cualquiera, pero es más cómodo navegar con bandera de pen..jo y dejar que los demás hagan el esfuerzo, que los demás lo arreglen que los demás propongan, critiquen o luchen.
El problema es que cuando se vuelve un hábito algunas personas son estúpidas ya no sólo por comodidad, sino como un modus vivendi, y ésa es una de las cosas que de verdad pueden disparar mis peores episodios neuróticos. Ya sea una chava de preparatoria discutiendo 20 minutos por celular acerca de si la palabra "homónimo" existe o no (por favor, éso es de primaria) o un colaborador del cual dependes para entregar un trabajo y que no es capaz de cumplir con una simple tarea equivalente a la de un capturista (y me refiero a simple por ser mecánica, no porque no tenga su tedio, cansancio y chiste).
Hoy dispararon mi neurosis, me siento cansado, adolorido, enojado, frustrado y además tengo hambre. Lo único que deseo es encontrarme un piso sin rayas, caminar hasta mi carro y olvidarme de las últimas horas de hoy.
En algún lugar me explicaron que el ser humano va acumulando estrés, frustración, ira, enojo entre otras múltiples porquerías mentales cuando se enfrenta a diferentes situaciones diarias, pero que normalmente suele contenerse hasta que encuentra un "disparador de neurosis" Éste se trata de un evento, hecho, persona, ruido o estímulo cualquiera que puede abrir la válvula y liberar nuestro peor Mr. Hyde.
Todos tenemos diferentes "disparadores" generalmente tenemos varios. Puede ser una cosita de nada como el ruidito de alguien masticando, una palabra mal dicha o un olor desagradable. Uno de mis disparadores es la estupidez humana.
Detesto a la gente estúpida, y más aún porque creo que la mayoría lo son por elección, porque no les gusta pensar. Nada en su cerebro les impediría ser tan capaces como cualquiera, pero es más cómodo navegar con bandera de pen..jo y dejar que los demás hagan el esfuerzo, que los demás lo arreglen que los demás propongan, critiquen o luchen.
El problema es que cuando se vuelve un hábito algunas personas son estúpidas ya no sólo por comodidad, sino como un modus vivendi, y ésa es una de las cosas que de verdad pueden disparar mis peores episodios neuróticos. Ya sea una chava de preparatoria discutiendo 20 minutos por celular acerca de si la palabra "homónimo" existe o no (por favor, éso es de primaria) o un colaborador del cual dependes para entregar un trabajo y que no es capaz de cumplir con una simple tarea equivalente a la de un capturista (y me refiero a simple por ser mecánica, no porque no tenga su tedio, cansancio y chiste).
Hoy dispararon mi neurosis, me siento cansado, adolorido, enojado, frustrado y además tengo hambre. Lo único que deseo es encontrarme un piso sin rayas, caminar hasta mi carro y olvidarme de las últimas horas de hoy.
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