Hace muchos muchos años... conocí a una niña con un carácter... difícil. complicado.
Le molestaban muchas cosas, y reclamaba por casi nada, pero me gustaba.
Se llamaba Perla. y era hermosa, pelo lacio largo, ojos rasgados, piel clara, flaquita como una niña de 10 años... Yo también tenía diez años, y fue una locura.
Me gustaba, la veía de lejos y de cerca, me volví su amigo, me ponía nervioso al tocar su mano o su pelo... era hermosa, maravillosa. Para mi, nunca había existido nada similar.
Cuando salimos de la primaria, nos perdimos el contacto. Mi familia no tenía mucho dinero y no teníamos teléfono, pero unos dos o tres años más tarde... Recibí la llamada que jamás esperaría. Perla me estaba llamando desde los estados unidos. (lo escribo sin mayúsculas al inicio a propósito)
Durante años recibí correos de ella en mi buzón, una vez que supo donde vivía me hacía llamadas y me enviaba cartas.
Qué estúpido fui de no darme cuenta de la verdad.
Verdad que me fue revelada como 25 o 30 años mas tarde. Voy a eso.
Regresó a México con una invitación para ir a Acapulco (ésta si va con mayúscula).
Los días pasaron y mi timidez y mi falta de experiencia me impidieron declararle mis ganas... y lo digo así de seco... ganas. Porque una relación tan cercana no teníamos. Me gustaba de chiquitos, y ahora viajábamos de grandes, y me seguía gustando... pero con toda la familia ahí enfrente, no veía la oportunidad de acercarme ni ninguna muestra de gusto de su parte, yo me sentía como un "primo" invitado. El amigo, el colado. Jamás noté ningún interés de su parte.
Tras el viaje, siguió escribiendo y llamando por un tiempo, y yo por cobardía por estúpido o como quieran llamarme, nunca le mandé una carta ni le llamé por teléfono.
Siempre me sentí culpable por eso. Luego empezó la prepa y la universidad, ella a veces llamaba y no estaba, las cartas fueron cada vez menos frecuentes, me enteré que se había graduado casado y tenía familia... la olvidé
A veces venía, y me encantaba verla y conversar con ella, su cuerpo y su carácter cambió, como en todos, pero me seguía apreciando y yo a ella.
Coincidió una de sus visitas a mi estreno de casa, y por las circunstancias, fungió más como apoyo que como invitada. (gracias perla, de verdad gracias)
Siempre estuvo ahí... en la lejanía, pero siempre estuvo ahí. Incluso cuando se cansó se llamar y de escribir... siempre sentí su presencia cerca. Y yo le juré mi lealtad eterna. No soy alguien que busque personas, suelo ser un hombre que soluciona vidas, que apoya y ayuda. Pero mi presencia en éste blog demuestra que no sé llamar a las personas.
Pasa el tiempo la pierdo, pero nunca la olvido. Asumo las consecuencias de mi falta de actuar y creo que la perdí.
Hoy recibí un chat, de una desconocida, pregunté: ¿te conozco?
Bastó que dijera que era perla de la primaria para que mi corazón se revolviera.
Mi amiga no se había ido... sólo estaba lejos. Me invita a un evento y quiere verme.
Yo también quiero verla, aunque mis tiempos son, complicados, dada la salud de mi madre,
Le pedí unos minutos para hablar, creo que le estoy tomando más importancia al tema de cerrar ciclos y decir lo que nunca dijiste y hablar lo que nunca hablaste, porque en el respecto de "hacer", me he volado la barda.
Le confesé mi cariño de niños, que a los 10 años estaba loco por ella, que ya no importaba, pero quería decírselo. Mi sorpresa fue cuando ella me respondió que yo le gustaba a ella también. ¡Madre mía! ¿Qué pasa aquí? resulta que mi amor de chiquito de casi púber, a quien soñaba en las noches y me daba nervios de tan solo rozar su mano, ¿Yo le gustaba?
Prometo que si tuviera diez o quince años menos, me la pasaría ahorcando el ganso tan sólo con la maldita idea.
Le gustaba, y ella a mi.
Y por un momento ambos fantaseamos con la idea de qué sería... dónde estaríamos ahora.
En la realidad... quizá hubiera funcionado, quizá no... Yo fui un pitofácil en mi juventud, y desconozco si haberme enamorado realmente de ella me hubiera guardado el pito en los pantalones, ni sé si a ella le hubiera gustado la persona que soy. Pero fue lindo, enterarme, y bonito imaginar, y muy bonito pensar que... si nada me detiene, veré a la mujer que me gustó de niña, y al que le gusté, mi amor chiquito. Y quizá brindemos por el "hubiera" y podamos reconciliar una parte de nuestro pasado y seguir siendo... después de esto, no quiero ser un amigo ausente, quiero escribir las cartas que no le respondí y hacer las llamadas que no hice. No para conquistarla. Ella tiene familia e hijos, pero hay cosas importantes y bonitas, y ésta es una de ellas. Me buscó en su momento y procuró estar cerca, yo fallé ahí. Es mi turno de estar cerca. Hay cierto tipo de amor y compromiso que no se cambia por nada.
Ella es Perla, (con mayúscula) porque me importa.