jueves, 12 de febrero de 2009

NOCTURNO

Anoche no dormí, me sentí seducido por una noche con una luna clara y gigante y un apagón que me obligó a trabajar con velas.

Suena extraño eso de trabajar… en realidad me dediqué a fabricar mis sueños, a darles forma, a escribirlos y diseñarlos, corregirlos, tachonearlos, trazar caminos, marcar rutas, crear destinos… Cuando había oportunidad de hacer una pausa, un poco de Gabriel García Márquez y sus doce cuentos peregrinos, y luego, un café a las 2 de la mañana que fue seguido por otras 5 tazas más… Y cuando las ensoñaciones, alucinaciones de un cerebro cansado me comenzaron a envolver, las aumenté con un poco de ron cubano en mi último café. Una noche excepcional, sin duda, larga, inspiradora, satisfactoria… ¿Mañana? ¿Qué importa el mañana con su arrogante luz?
Yo soy nocturno.

Nota: Irónico, mis sueños se construyen las noches que no duermo.

miércoles, 11 de febrero de 2009

HOMELESS

Un proyecto escolar para la creación de tendencias de vestir, floreció en algunas buenas fotografías... aquí algunas de ellas.






P.D. me rento para fiestas infantiles, bodas y proyectos personales ;)

SIGNIFICADOS

El día de ayer, a partir de un frustrante evento que viví en la tarde, me puse a pensar acerca del significado de las cosas y de las personas. Pero más allá del significado que las personas o las cosas puedan tener, el verdadero significado va más allá. Cada cosa o persona tiene únicamente el significado que nosotros le otorgamos. Ése pensamiento puede ser tan satisfactorio como macabro dependiendo del lugar que ocupemos, si lo otorgamos, o nos es otorgado.

Helena Berinstain, en su diccionario de retórica y poética dice que el significado es el entendimiento del significante que un signo o una serie de signos pueden tener. Es decir, el concepto mental que los sujetos piensan o imaginan cuando el signo es expresado. Pero para que éste fenómeno se dé, es necesario que haya un consenso para que ése signo represente tal concepto.

Hagámoslo más simple: una toalla amarilla con letras impresas puede tener diferentes significados dependiendo de la persona que la observa, la posee o la desea; desde el mero uso práctico para secar o limpiar (e incluso dependiendo de cuánto sirva para tal propósito, porque las hay malas que hay que ver), hasta un símbolo de fanatismo a un equipo deportivo derivado del cual, la toalla servirá como estandarte, capa, uniforme, o muchas otras cosas más, pero JAMÁS para secar o limpiar algo. Es demasiado significativa para tales propósitos.

Los jóvenes del siglo XXI, tendemos a despreciar “la opinión de los demás”, pues lo verdaderamente “in” es lo auténtico, lo que es original y fresco, sin importar si a alguien le agrada o no. Pero aquí nos encontramos con una extraña paradoja: ¿Qué lo hace tan atractivo sino la opinión de todos aquellos que concuerdan en la misma idea, que le dan significado? Por lo tanto, inmersos como estamos en una sociedad, dependemos constantemente de que se nos otorguen significados. ¿Qué somos si no el profesor de historia, el padre de tus hijos, el novio de tu pareja, el vecino de la familia de al lado? ¿Qué nos queda ser si no somos eso?

¿Cuál es la diferencia entre un fakir que hace penitencia y ayunos y es desconocido excepto por algunos cuantos miembros de su comunidad y el famoso y jamás olvidado fakir Ghandi? El significado que las personas le daban a sus actos, sus pensamientos y su persona lo hizo quien es. ¿Cuántos monjes habrán meditado, orado, hecho penitencia y sacrificios por el bien del mundo sin que su esfuerzo tenga significado para ti o para mi?

Hace algunos meses, mientras trabajaba en una empresa multinivel, conocí a un magnífico personaje de nombre Francis Guzmán. ¿No lo conoces? Seguramente no. Pero Francis hacía algo que no he visto muy seguido en toda mi vida: inspiraba, le daba significado a tu vida. Tomaba al ama de casa frustrada, insegura, torpe para vestir y hablar, con escasos estudios y muchas dudas en el corazón y les daba significado, llenaba su vida de la fe, la esperanza, de la atención y el respeto que él era capaz de transmitirles desde que cruzaban la puerta. Él se jubiló pocas semanas después de que yo entré a trabajar ahí. Pero incluso después de que yo me fui su nombre seguía siendo una leyenda, un buen recuerdo, un líder añorado, un compañero ausente. Era un inspirador, pero más allá de eso, sabía dotar de significado a las personas.

¿Qué tipo de blogger sería yo si tu no me leyeras? Un blogger insignificante, desde luego. ¿Qué tipo de capitán es alguien a quien nadie obedece? Sip, lo adivinaste.

Eres significativo en el grado en el que eres capaz de influir en la vida, la existencia, el pensamiento y la conducta de las personas que se encuentran en tu entorno.

¿Qué tipo de persona soy yo si no la persona que soy para quienes me consideran importante? Gracias a todos aquellos que me rodean por permitirme ser para sus vidas, algo significativo.

martes, 3 de febrero de 2009

De Jaime Sabines... un trozo

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mi.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mi, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo amor mío?

Jaime Sabines
Poeta chiapaneco
(1926 - 1999)

DESTINO

¿Crees en el destino?

Muchas personas no soportan la idea de no ser dueños de su vida, desprecian la idea de que su historia ya esté escrita y que no sean capaces de controlar su propia existencia.

Yo era uno de ellos, buscaba continuamente la forma de demostrarme a mí mismo que podía ser completamente impredecible y que las elecciones de mi vida eran tan aleatoriamente tomadas, que no habría forma de decir que una historia tan torcida pudiese estar ya escrita.

Sin embargo, una de mis más valiosas epifanías dicta justamente lo contrario: “Las casualidades no existen”, una verdad tan innegable que solo aquellos que no son capaces de ver más allá del aquí y el ahora pueden decir que se trata de una falsedad. Cuántas veces parece que todas las fuerzas del universo se conjuntan para favorecer nuestro éxito o fracaso en ciertos proyectos, para conocer a alguna persona, para elegir ciertos caminos o para materializar nuestros deseos. (Léase: “El Secreto, la ley de la atracción”)

Diría la Pitonisa a Neo (Véase “Matrix Reloaded”) -No estás aquí para tomar la decisión, la decisión ya la tomaste, estás aquí para entender por qué tomaste la decisión.-

Creo que nuestra vida es como un árbol con posibilidades limitadas, mientras vivimos, nos despegamos del tronco desarrollándonos a través de gigantescas ramas que parecen sumamente definidas, sin embargo, cada decisión que tomamos, se separa de la rama como una posibilidad de entre 5, 6, 10, 50 o más; caminos que podríamos recorrer, que estábamos destinados o no a recorrer, pero que decidimos no tomar. En ocasiones, la rama que hemos elegido, se cruza o se sobrepone con otra rama, y descubrimos que dos ramas, completamente diferentes entre sí, nos llevaban al mismo lugar, el lugar en el cual nuestros diferentes destinos se cruzan, encontrando el equilibrio en los universos paralelos.

Un ejemplo muy claro lo encontramos en la serie de películas “Volver al futuro”, la saga aborda destinos completamente diferentes, pero las personas que los viven comparten el mismo tiempo y el mismo espacio, hay elementos comunes y constantes en las tres diferentes “versiones” del destino de un mismo sujeto, la rama cambia, algunas circunstancias también, pero las decisiones ya tomadas se mantienen permanentemente, incluso en universos paralelos.

En la película “Mentes peligrosas” la bellísima Michelle Pfeiffer, les dice a sus alumnos que lo único a lo que no pueden renunciar es a su capacidad de tomar decisiones. Pueden ser pobres, estúpidos y desdichados, pero incluso en esas circunstancias podemos elegir cómo vivir la vida. Creo que la profundidad de sus palabras es mucho mayor de lo que en realidad aparenta. Vivimos a través de una rama por medio de la cual decidimos vivir nuestro destino, y es la forma en cómo vivimos nuestro recorrido lo que tenemos el poder de definir.

Otro magnífico ejemplo lo ofrece Victor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido” donde explica cómo las víctimas del holocausto nazi, sin pertenencias, sin familia, sin comida, sin trabajo, sin profesión y aparentemente, sin razón alguna para vivir, se aferraban a la vida como una decisión que les permitió, a diferencia de muchos otros, sobrevivir la guerra y tener una vida post-guerra. El creador de la logoterapia explica entonces, que lo que mantuvo vivos a aquellos desdichados era justamente su decisión de vivir. Su destino era ineludible, no hubo forma, por más que se hubieron escondido, huido o tratado de eludir las fuerzas nazis, de evitar terminar trabajando en los campos de concentración alemanes, pero fueron capaces de decidir cómo vivir su destino: viviendo. Los hubo también quienes decidieron morir, y así, tan sencillo como éso, murieron con todas las facilidades que ofrecían esos campos para tal propósito.

Entonces, ¿todo lo que viviremos está escrito? Quizá sí, consecuencia de decisiones que ya tomamos, y que quizá, en su momento, no entendimos. Pero la cosa no es tan trágica, tenemos la oportunidad más valiosa de la virtud humana, el albedrío para decidir de qué manera viviremos nuestra vida.

Yo, ohtokani, decido ser feliz, a pesar o mediante los hechos que vengan por delante, decido comenzar mi jornada a través del bushido, del cual les escribiré pronto, decido liberarme de miedos culpas, odios y rencores, decido vivir mi destino aceptando felizmente los hechos que me toque enfrentar, pues son frutos de mis decisiones, y a la vez, parte de un camino sobre el cual, mis pasos ya están marcados.

CUANDO SE TIENE MIEDO DE PERDER

Hace algunos días, escuché a un tanatólogo en la radio contando una anécdota curiosa acerca de una experiencia con un par de monjes budistas que conoció hace algunos años. Ellos habían venido a dar algunos talleres y, al momento de su partida en el aeropuerto, el médico y algunos acompañantes les dijeron: “los vamos a extrañar”. Uno de los monjes los miró un poco apenado y les respondió: “yo, lo intentaré”. Resulta que en tibetano, no existe ninguna palabra que defina el hecho de “extrañar”. Algo cultural, explicaba el médico.

El sábado, por fin entendí la importancia de lo que los budistas pregonan: “Debes dejar libre aquello que más miedo tienes de perder.” Es algo difícil de hacer, ya lo dijo el médico, culturalmente estamos acostumbrados a aferrarnos a aquello que nos conforta, nos alienta y nos motiva, sin embargo, esa postura dependiente, lo único que hace es limitar nuestro propio desarrollo e independencia. Deberíamos ser capaces de ser tan felices sin que nuestra felicidad o autorrealización dependiera de posesiones materiales o de la compañía de ciertas personas como nuestros padres, nuestra pareja, o nuestros amigos.

Qué integral sería nuestro desarrollo como seres humanos si todos lográramos liberarnos del miedo a perder algo o a alguien y vivir simplemente disfrutando el hecho de que lo tenemos, sin sufrir ante la posibilidad de pérdida, al saber que nuestra vida estará tan completa con o sin ése algo o alguien, que nuestra felicidad, no depende de tener o no tener algo o a alguien.

Decidí soltar mis miedos, liberar todo aquello que deseo conservar, esto no quiere decir que no voy a procurar mantener a aquellas personas que deseo que estén conmigo, lo que significa soltar esos miedos, es aprender a vivir por mi mismo, por lo que soy y no por lo que tengo o a quien tengo a mi lado. Muchos podrán decir que eso es un asunto básico en la vida, pero en realidad conozco a muy pocas personas que podrían probarlo.

La jornada a partir de aquí, es larga, una jornada llena de incertidumbres y retos personales, pero el primer paso está tomado y el camino es el correcto. Espero lograrlo, pues mi felicidad colgada de algo o alguien, sólo me perjudica a mi.