viernes, 24 de noviembre de 2017

LA MAREA

De manera perfectamente natural, me parece, he tenido altibajos emocionales a través de todo mi proceso de duelo. Sin embargo, ésta última semana se ha vuelto cada vez más complicada.

Ya hace media vida que declaré una aversión especial a la navidad y sus villancicos ridículos y todo el ambiente falsamente "solidario y afectuoso" que surge en mi comunidad.

Sin embargo, éste año me topo con una variable que nunca había estado presente en la ecuación.

Mi anterior pareja, AMABA la navidad (así, en mayúsculas) le emocionaba decorar la casa, y poner el árbol y las cenas navideñas.

Me siento incómodo escribiendo... Es raro.

De alguna forma... logró que disfrutara parcialmente las fechas. Consiguió un árbol de navidad negro, y decoraciones en tonos morados, para hacer la navidad un poco más "jaluwinesca", y que me sintiera más cómodo al respecto. Organizaba cenas "prenavideñas" para poder festejar la navidad con nuestros amigos antes de la fecha en la que todos estamos con la familia. Incluso, hace casi un año, previendo que muy posiblemente sería nuestra última navidad y año nuevo juntos, me pidió que la pasáramos solos ella y yo.

Puedo decir que el árbol negro me gustaba, aunque no estoy dispuesto a ponerlo éste año.
Puedo decir que me gustaba decorar la casa con ella, aunque no estoy dispuesto a decorar éste año.
Puedo decir que a pesar de que compartir fechas similares con su familia, o la mía; quizá las que más añoraré serán las del año pasado, porque con problemas o no, estábamos juntos, efectivamente familia, (quizá disfuncional o no, pero familia).

Entre más frío hace, más me invade éste sentimiento de nostalgia que no me deja estar cómodo con la fecha, ni conmigo, ni con el clima, y menos aún con las pinches canciones ridículas.

Creo que de una forma u otra... ella logró catalizar mi percepción de la navidad y el año nuevo. No era la puta navidad y el "es otro día más" año nuevo. Era la navidad con ella, y el año nuevo con ella. Quizá no supiéramos dónde la pasaríamos, pero sabíamos que estaríamos juntos.

(se me hace un nudo en la garganta mientras escribo ésto)

Ver la forma en que ella disfrutaba el evento, y su esfuerzo porque yo no me la pasara tan mal, realmente ejercía un efecto en mi. Y la navidad y año nuevo no eran tan malos tan sólo porque ella estaba ahí.

Me pongo a pensar seriamente si a partir de este año, odiaré aún más estas fechas o si me inundará un sentimiento de nostalgia como el que me invade hoy.. o de qué forma va a funcionar todo esto.

Tengo días buenos y malos, como un oleaje, como el mar. Pero hablando de oleajes...

Creo que ésta semana y las que vienen... habrá marea baja.