martes, 3 de febrero de 2009

CUANDO SE TIENE MIEDO DE PERDER

Hace algunos días, escuché a un tanatólogo en la radio contando una anécdota curiosa acerca de una experiencia con un par de monjes budistas que conoció hace algunos años. Ellos habían venido a dar algunos talleres y, al momento de su partida en el aeropuerto, el médico y algunos acompañantes les dijeron: “los vamos a extrañar”. Uno de los monjes los miró un poco apenado y les respondió: “yo, lo intentaré”. Resulta que en tibetano, no existe ninguna palabra que defina el hecho de “extrañar”. Algo cultural, explicaba el médico.

El sábado, por fin entendí la importancia de lo que los budistas pregonan: “Debes dejar libre aquello que más miedo tienes de perder.” Es algo difícil de hacer, ya lo dijo el médico, culturalmente estamos acostumbrados a aferrarnos a aquello que nos conforta, nos alienta y nos motiva, sin embargo, esa postura dependiente, lo único que hace es limitar nuestro propio desarrollo e independencia. Deberíamos ser capaces de ser tan felices sin que nuestra felicidad o autorrealización dependiera de posesiones materiales o de la compañía de ciertas personas como nuestros padres, nuestra pareja, o nuestros amigos.

Qué integral sería nuestro desarrollo como seres humanos si todos lográramos liberarnos del miedo a perder algo o a alguien y vivir simplemente disfrutando el hecho de que lo tenemos, sin sufrir ante la posibilidad de pérdida, al saber que nuestra vida estará tan completa con o sin ése algo o alguien, que nuestra felicidad, no depende de tener o no tener algo o a alguien.

Decidí soltar mis miedos, liberar todo aquello que deseo conservar, esto no quiere decir que no voy a procurar mantener a aquellas personas que deseo que estén conmigo, lo que significa soltar esos miedos, es aprender a vivir por mi mismo, por lo que soy y no por lo que tengo o a quien tengo a mi lado. Muchos podrán decir que eso es un asunto básico en la vida, pero en realidad conozco a muy pocas personas que podrían probarlo.

La jornada a partir de aquí, es larga, una jornada llena de incertidumbres y retos personales, pero el primer paso está tomado y el camino es el correcto. Espero lograrlo, pues mi felicidad colgada de algo o alguien, sólo me perjudica a mi.

3 comentarios:

  1. Los miedos son los que nos atan, bien sea al pasado, presente y futuro...

    Recuerdas...

    Alicia:¿Qué camino debo tomar?
    Gato: ¿A dónde quieres ir?
    Alicia: No lo sé...
    Gato: Pues entonces no importa que camino tomes...

    Ya sabes que camino quieres seguir, por supuesto que cualquiera que fuere estará lleno de incertidumbres y retos; sin embargo lo importante es la elección.

    El camino ahí está. Quien deberá decorarlo a su justa medida eres tú.

    Saludos!!!

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  2. Después de hoy por la mañana, pensé: ¿Qué pasa cuando también se tiene miedo a ganar?

    En ocasiones pensamos que perderemos y al final salimos ganando sin esperarlo y menos saberlo. Y quién cree ganar... termina perdiendo.

    Un beso y un abrazo con cariño.

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  3. Liberar lo que uno tiene miedo de perder es un asunto que va más allá de la mera independencia, tiene que ver con los desapegos, ya lo voy entendiendo.

    Venus: tu segunda reflexión es interesante, aunque me gustaría complementarla.

    El miedo a ganar a veces no te permite darte cuenta de que ya ganaste, pero, en ocasiones, te impide ganar algo que ya estaría superado y sólo te hace retroceder, cuando piesas que avanzas. ¿Te suena conocido?

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