domingo, 15 de marzo de 2009

LA CIUDAD DE MÉXICO VIVE EN EL 25 FESTIVAL

El sábado comencé mi viaje a través del 25 Festival de la Ciudad de México con mi amiga Alitaz, quien después de invitarme a comer (gracias niña) aceptó acompañarme a un concierto en la Plaza de Santo Domingo.

Fue una gran suerte que me acompañara, ya que ella vivió durante 13 años en el centro, y como la mayoría de los capitalinos, no lo conozco muy bien fuera de los puntos de referencia turística más populares. Callejeando por la calle de Guatemala, llegamos a la zona de registro, un primer tache para los organizadores, pues no te registraban la ropa y sólo pedían que abrieras bolsas y mochilas, de más está decir que durante el concierto abundó la droga y el alcohol aunque en términos generales transcurrió con un saldo blanco.

Llegamos tarde, pues el concierto comenzó a las 4, pero a tiempo para escuchar a Dildo quien me mostró una faceta de su música que no conocía, seguidos por No somos Machos PSM quienes nos deleitaron con unas mezclas increíbles (de lo mejor de la noche), seguidos del Colectivo Nortec: Hiperboreal + Clorofila unos chicos con un beat y una fusión muy padre, pero que en mi humilde opinión, no saben hacer cambios entre piezas... Todo transcurrió bastante tranquilo entre el olor a hierba quemada y las luces del escenario, sin disturbios ni empujones, pero mi mayor sorpresa llegó cuando subió al escenario Sonorámico (de ellos no encontré página), a eso de las 9:30. No sé si fue estrategia para que la gente comenzara a despejar la plaza o si de plano querían mostrar un aspecto "underground" de la ciudad, pero resultó que a pesar de que le faltaba su característico efecto de eco, tan sólo de comenzar a escuchar al "locutor" lo supe: Es un sonidero.

Quizá podrían catalogarme de naco o quizá de vejete, pero fue lo que más disfruté de la noche, la interacción entre los asistentes más allá de respirar el mismo humo, el albur escondido en la cháchara del microfonista y observar los diferentes estilos que iban desde lo torpe a lo completamente sorprendente, desde mi perspectiva, refleja mucho más de la verdadera vida de una ciudad que los demás músicos que se presentaron.

Lamentablemente me parece que Alitaz y su novio, que llegó a la mitad de la tocada se sintieron un poco fuera de lugar y, sumado a los efectos del cansancio de varias horas ahí parados se quisieron ir antes de que aquello terminara, ya era tarde y ellos sin auto, lo entiendo. Y yo, cargando mi mochila como siempre, no le vi sentido a quedarme sólo sin quien me cuidara la carga mientras le sacaba brillo al piso, así que emigré con ellos.

Mi primer viaje a través de éste maravilloso festival había concluído, y me dejó re-conocer la plaza de Santo Domingo (patrimonio cultural de la humanidad) sin ambulantes, usado como una verdadera plaza. Creo que éste Festival estará lleno de agradables sorpresas.

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