lunes, 16 de marzo de 2009

CICLO GRISEY: LAS PERCUSIONES DE ESTRASBURGO - LE NOIR DE L'ETOILE

Domingo 5:30, Cafe de "La Mora", sip, el de las poetas; ya tengo dos tazas de té y un capuchino en la panza y aún nos falta terminar de afinar los detalles de la investigación de mercados...

Aunque es grato, no es fácil enfocarme cuando trabajo con Kiffis, esa niña divaga mucho y yo también, sin embargo, poco a poco, entre anécdotas, el trabajo fluye.

Me pregunta por mi revista, que los últimos días he cuidado más que un sacerdote a su biblia, una edición especial de la revista "Chilango" con la reseña total de los eventos del 25 festival. -- ¿Qué va a haber hoy? --preguntó--. Un concierto de percusiones, fusionado con sonidos de pulsares, ¿Quieres ir? tendríamos que apurarnos para llegar a tiempo. --¡Vamos!

Domingo 7:10, perdidos en el circuito Universitario, buscamos el "Espacio escultórico" de Ciudad Universitaria, nos guiamos por los demás autos, algunos de los cuales no tienen una idea más clara que nosotros de a dónde se dirigen.

7:20, por fin llegamos a la puerta de la cede para el concierto y nos encontramos con las rejas cerradas, "Ya no hay espacio" nos dicen, "Había gente formada aquí desde las 5 de la tarde", contestan ante la insistencia.

7:21, los universitarios nos muestran a kiffis y a mi su amplio nivel cultural amenazando con abrir la reja a la fuerza pues como "universitarios" tienen todo el derecho a entrar.

7:23, la reja se abre por orden del director del festival (eso dijeron) para dejar entrar a un fulano y a sus 3 acompañantes, en la maniobra se cuelan alrededor de 10 personas que se encontraban en la reja y los ánimos de los demás se encienden. "Ya dejaste pasar a uno, déjanos pasar a todos" "Me vale quién lo ordenó, el director del festival es un pendejo" "Yo soy arquitecto y qué" (????) Se oían los gritos de nuestros honorables representantes de la UNAM. Una chica y otro chavo se treparon en la reja tratando de ser seguidos por todos los que pedíamos se nos permitiera el acceso (por cierto, hay fotografías, búsquenme en el periódico del lunes)

7:25, los porteros, sabiendo que la situación no podría ser contenida por mucho tiempo más, deciden abrir las puertas para que todos, (debo incluirnos a kiffis y a mi) representáramos la obra "Quiero entrar al metro a las 7 de la mañana" en la reja del Espacio.

7:26 Las advertencias no se hacen esperar: "no se suban en los triángulos", "no hagan ruido, el evento ya empezó", "no se permiten bebidas alcohólicas ni drogas", buscamos rápido algún lugarcito desde donde mi chaparrita amiga pueda alcanzar a ver el escenario, acomodado de forma espectacular con 5 andamios distribuídos en círculo al centro del cráter.

El concepto es un poco extraño, algunos de los que estuvieron a punto de tirar la puerta se van después de 5 minutos. No faltan quienes metieron sus cervezas y están demasiado pedos para darse cuenta de lo que está sucediendo, a alguien se le ocurrió que era una buena idea llevar a un bebé al concierto; lástima, pequeños detalles que demeritaron un poco la experiencia. ¿Lo bueno? Escuchar la música del cosmos integrada con las percusiones de estos extraños franceses, en un foro al aire libre, con las estrellas de testigos, fue una experiencia muy especial. Escuchamos los enigmáticos tempos de el pulsar 0359-54 y el Pulsar de Vela combinados con percusiones que iban desde bombos hasta güiros, al final, un platillo giratorio nos envuelve con un sonido ondulante, casi vago que desaparece en el espacio y en el tiempo como quizá desaparecieron ya los pulsares que escuchamos apenas hoy alrededor de un cráter debajo de las estrellas.

No sé si recuerde éste concierto dentro de algunos meses, pero hoy, me da algo qué decir.

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