Hace poco, mi amiga Alitaz cuestionaba mis motivos para usar ohtokani en vez de mi nombre de pila para escribir en la red, e incluso como nick en chatrooms, e-mail y comunicadores instantáneos.
Me preguntó si no sería negar mi propio origen, si no sería como "traicionar" a mis padres que me dieron un nombre para ser llamado así durante toda mi vida, y yo, ingrato hijo (que quizá sólo se cambió el nombre, porque el suyo parece de telenovela) ahora soy conocido como ohtokani ya no sólo en la red, sino por algunos amigos en nuestra convivencia fuera del mundo binario.
Mi respuesta fue de lo más simple, pero tenía un trasfondo en el que jamás había reparado. Yo no cambio mi nombre, me llamo César Emilio (lo ven, lo dije, de telenovela) y siempre me llamaré así; sin embargo, el nombre me lo dieron mis padres para identificarme, no para definirme. Yo no soy más o menos César que otros miles que viven en ésta ciudad, pero puedo ser más caminante o más aventurero que cualquiera de ellos.
Mi nombre me identifica, pero el nick que he elegido, me define. Me llamo César Emilio, y SOY OHTOKANI.
OraleSSSSS, amiguito!!! Sí está bien telenovelezco tu nombre.
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Besos, amigo Ohtokani!!!
¡César Emilio! ¡Sé lo que hiciste el verano pasado! Ah, no, no, no...
ResponderEliminarHace unos días platicando con mi madre, me preguntó por qué te llamaba Ohtokani y no por tu nombre, por lo que me cuestioné ¿le molestara que lo llame así? mmm. Ahora sé que ¡no!
Un abrazo.
pd. Yo soy ¡VENUS!
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