Resulta que mis tres hijos (Refrito, Charrito y Flato) no sólo se dieron, sino que han estado de traviesos (tratando de estrangular a las plantas vecinas) y muy inquietos. Y me han sorprendido creciendo mucho más de lo que yo jamás me hubiera imaginado, tanto que ya nos resignamos a perder uno de los lazos del tendedero en pro de su expansión y yo ya fantaseo con la idea de que crezcan lo suficiente como para algún día treparlos y quizá robarle el tesoro a algún gigante del cielo.
Lo único malo es que después de todas las vueltas que se dieron entre si, ya no sé ni cuál es cual, el caso es que crezcan.
¿Alguien sabe qué sigue ahora?
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