No recuerdo cuándo fue la primera vez que la vi barriendo la banqueta, pero no puedo olvidar su imagen.
No sé nada de su vida, ni de su historia, ¡vaya! No sé ni su nombre. Mi única referencia me la dió mi madre hace algunos años.
"Siempre dice que está ocupada, que no tiene tiempo, que tiene muchas cosas que hacer, y no habla con nadie, siempre anda corriendo y me desespera".
Si consideramos que mi madre es una de las mujeres más inquietas y activas que conozco, el hecho de que mi vecina la desespere ya es algo bastante que decir.
Las últimas semanas he estado trabajando duro para generar algunas cosas padres en mi vida para mí y para otros, y es extraño, pero ella siempre me recibe cuando llego a casa. No es extraño que yo llegue tarde a casa, y no es extraño encontrarla barriendo a las 4 de la mañana, pero la última semana ha sido muy curiosa porque he llegado bastante puntual cerca de las 3:30 de la mañana, y es la hora a la que la ves salir de su casa para comenzar su día. Su cabello sin peinar, la ropa más fea que seguro encontró, una cubeta, una escoba y yo somos los únicos que la acompañamos. Ella comienza a barrer dos casas a la izquierda de la suya, barre y lava, y luego sigue con su casa y se extiende una casa más hacia la derecha. Hoy, además de la barrida, lavó las cornisas de las ventanas de todas las casas, las 4.
Y me es inevitable pensar que, yo le llamo loca, porque no entiendo su rutina, sus razones. Me la imagino traumada por una madre perseguidora que le enseñó que una "buena mujer" debería mantener TODO siempre limpio, TODO siempre en orden, e imagino un pensamiento compulsivo que no la deja ni siquiera dormir en paz.
Y me es inevitable preguntarme qué pensará ella de mi, que llego a casa cuando ella despierta, y duermo algunas horas para irme de nuevo y regresar de nuevo a las 3:30. Por lo menos a ésa hora ella ya durmió.
Creo que mi vecina, la que barre la banqueta de enfrente, la que sale despeinada y vestida horrendamente, la que se levanta a las 3:30 de la mañana a limpiar y barrer, la que siempre tiene prisa y siempre se ve cansada... cree que estoy loco.
Qué bueno que nunca has llegado a mi casa cuando en plena chinga, limpiando ventanas, barriendo la calle, lavando el garage, lavando ropa en la lavadora, remojando ropa para sacar la mugre, con la cerne en la olla express... ah!!! Y tal vez con el teléfono en el hombro... Por supuesto ataviada co mis peores ropas, "esas" las de trabajo rudo. Eso si!!! "NUNCA" con rulos.
ResponderEliminarY... qué te hace llegar a las 3:30 am??? Será que tienes tercer turno en Tlalpan??? jejeje
Saludos.
No, tlalpan ya no es lo que era antes, ya no le sacas lo que sacabas.
ResponderEliminarEstoy trabajando para generar dos cositas positivas en mi vida, una nueva experiencia para mi y un nuevo reto. Un reto personal. Y estoy feliz.
No hay duda, los locos siempre son los demás, aunque olvidamos que somos los demás de los demás. Llegar a las 3.30 am me parece de los mas cuerdo tratandose de mi cuate, pero cuidado te acuestas temprano y te paras a barrer a las 3.30 eh???? :)
ResponderEliminarEl ser humano es tan egocéntrico, que tiende a pensar que su manera de hacer las cosas debe ser LA MANERA de hacer las cosas; solemos olvidar que cada individuo es un universo de posibilidades y diferencias. El simple hecho de vivir de día o de noche, una decisión basada en gustos o circunstancias, lo volvemos tan sospechoso como el no hablar con ninguno de tus vecinos (como hago yo)
ResponderEliminarAl final de cuentas... Todos estamos locos. Cada quien en nuestro propio sueño, interactuando con otros sueños... ¡¡¡Qué locura!!
ResponderEliminarel mundo esta muy loco y nosotros somos el mundo mano
ResponderEliminarLee EL LOCO de Gibran Jalil Gibran, creo que te agradará.
ResponderEliminarvientos mano lo buscare gracias por la recomendacion
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