sábado, 14 de mayo de 2022

TRAS LA PANDEMIA, DELICIOSOS CONTAGIOS

 Hace apenas un mes, inicié mi trabajo en el WTC México como asistente personal de una doctora. Un trabajo que puede calificarse de estresante y desgastante, pero más divertido que el último que tenía. 

En fin. Como recepcionista de un consultorio, recibo a personas de todos los tipos. Hoy quiero escribir acerca de M y J. Una pareja de ancianos que sobrepasan los 80, pero inseparables.

M y J llegaron el día de ayer a consulta, y le ofrecí a J mover uno de los sillones de recepción para que pudiera estar al lado de su esposa, a lo que él me contestó. No deja... tan cerca no, me vaya a contagiar algo, con una risa pícara en el rostro.

M, sin aludirse, respondió: Ojalá pudiéramos contagiarnos de verdad, pero de las cosas bonitas que tenemos cada uno de nosotros.

Yo ya estaba emocionado con la respuesta, cuando "J" le dijo:

Para eso tenemos tiempo de sobra amor, toda una vida.

Yo casi lloro sentado detrás de mi computadora mientras ése par de amantes... se amaba.

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