"O", andaba siempre por ahí, es mi primo. coincidíamos de pronto en alguna reunión familiar pero él siempre quedaba aislado. A veces, iban de visita a mi casa y yo le mostraba las cosas que había descubierto en internet, series animadas, chistes en flash y cosillas banales, pero que, para chicos de nuestra edad, eran maravillosas.
Cuando murió mi padre, nos unimos, él fue mi soporte, me confesó que estudió gastronomía justo para seguir los pasos de mi papá, empezamos con los días, las semanas a compartir comida, catas de vino, experiencias.
Me invitó a participar en un blog gastronómico al cual me uní con gusto, después, me volví parte integral del programa, tuve mi propia sección y planeamos proyectos a futuro.
En el inter, él me pidió un préstamo grande, yo, con toda la confianza se lo otorgué, hubo un tiempo en que patrociné monetariamente el programa, dándole una paga con la esperanza de monetizar en algún momento.
En el inter, poco antes de pandemia, me ofreció trabajar un auto que le dieron sus padres como chofer de uber (yo ya era chofer de uber, pero me pedía una renta ligeramente menor a la de mi patrona en ése momento, así que acepté)
Llegó la pandemia y yo sólo me reportaba semanalmente con el para el ajuste de cuentas. El muchachito hizo la cuarentena completa mientras yo trabajaba para él. Durante la pandemia, comentó que no le alcanzaba el dinero que yo le daba y me subió la renta del auto, cuando a muchos choferes del ramo, de hecho, en una forma de apoyo, les bajaron la renta. En algún momento tras tener dificultades para pagar la renta, me dijo que tenía un mes para entregarle el auto. una semana después, me dijo que tenía 2 días para entregarle el auto. Me dejó prácticamente en la calle. Cuando platicamos, yo le dije que no podía seguir participando en el programa, pues estaba enojado, y necesitaba tener corazón y motivación para seguir inventando y participando en el podcast. Aún así, le dejé una computadora, la pantalla que me dejó mi padre un proyector y una cámara Sony reflex, por si quería seguir grabando el podcast.
Años después, le pedí la cámara pues tenía una proyecto de trabajo, después de meses de darme largas, me confesó que la empeñó y la perdió, le pedi la pantalla y el proyector y me volvió a dar largas a lo tonto. Le pregunté por mi dinero, y me dió las mismas largas. Me cansé de preguntar. Me cansé de él.
Me ha buscado en varias ocasiones con la intención de ir a jugar billar, supongo que hablar en el inter. Yo.... la verdad no quiero volver a verlo si no viene con un cheque o un sobre con mi dinero en la mano. mis cosas, o una cámara de vuelta.
Quizá pierdo más, quizá quería devolverme algo, quizá recuperar algo, pero si no me dice: wey, ya tengo parte de lo que te debo, ¿cuándo puedo verte? cualquier intento de reconciliación es completamente inútil para mi.
Prefiero no volverlo a ver que caer en sus trampas y raterías nuevamente.
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