Y sin querer, un día dejamos de escribirnos,
de llamarnos,
de buscar pretextos para vernos.
de contarnos tonterías al final del día.
Sin querer, dejamos de abrazarnos,
de mirarnos con la misma ternura de antes.
Un día, sin hacer ruido, me dejaste de amar,
no hubo gritos, ni culpas ni una gran despedida,
sólo un silencio que se fue alargando poco a poco,
mentiría si dijera que no te extraño, mentiría si dijera que...
la presencia de tu familia me hace falta.
Extraño tu voz, tu manera torpe de demostrar cariño,
la forma en que llenabas de caos bonitos mis días.
Pero la verdad es que a quien extraño, ya no existe,
ya no eres tú, y yo, tampoco soy el mismo.
El amor se nos fue de las manos.
Tal vez fue exceso de orgullo, falta de entendimiento
o falta de cuidado, no lo sé.
Hoy, sólo me quedan recuerdos borrosos,
fotografías mentales, que a veces duelen, a veces sanan.
Y aunque duela aceptarlo, debo admitir que, a quien amé, ya murió.
Poema encontrado por ahí, reestructurado, y modificado para ti. Siento que haya terminado así.
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