miércoles, 20 de agosto de 2025

MI LUGAR EN EL MUNDO PARTE 1

 Llevo muchos años buscando un sitio en el cuál encajar profesionalmente, buscando un camino, mientras tanto, he caminado más caminos de los que a veces puedo recordar. Buscando, siempre buscando, siempre caminando en diferentes direcciones, como una hormiga buscando una miga de pan.

Sin embargo, mi camino como "artista" ha quedado definido desde el inicio, comencé siendo un romántico empedernido, juvenil, amante de la poesía de Bequer, de su simpleza y entrega. Pero quienes hemos vivido un amor así de puro y entero sabemos en qué termina. Nos volvemos bohemios. Dejé de volver a Bequer y me volví un aliado de Sabines, de Cortázar y de Benedetti.

Ese tipo de seres que se reúnen a ahogar sus penas en alcohol y tabaco, a reírse de la vida en la seguridad de la obscuridad y aullarían felices una noche de luna llena. Soy de los que bailan, y lloran y se rompen y se cuestionan, y recuerdan y a veces, se arrepienten, y lloran de nuevo; de los que despiertan a las 2 de la tarde tras una orgía de emociones y agradece que no haya mucho sol, o escuchar lluvia porque es un pretexto nuevo para no salir de casa, sumido en mis pensamientos, masticando mis emociones mientras devoro mis libros. O me doy el placer de observar a Tarantino, o Lynch, o Burton. Las posibilidades son ilimitadas cuando el camino es emocional. Aunque con frecuencia me lleva al mismo lugar, la melancolía. 

Soy de ésos rechazados, fracasados, tirados y olvidados por algunos. De los que aún recogen flores en el camino, que aún se conmueven y lloran con la película correcta, que escriben cartas, y recados en trozos de papel que pueden ser olvidados o consumidos y perdidos para siempre. Soy de ésos gatos negros que trazan la calle en zig zag, sin miedo a la pelea, sin miedo a la obscuridad ni a la muerte. Un alma triste, un corazón roto, que ama, la caricia casual, la mirada traviesa, los sabores intensos y las almas transparentes.

No sé si encuentre mi camino en el mundo real, en el laboral, pero dentro de mi arte, sea visto, valorado o no, sé exactamente a donde pertenezco.

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