martes, 24 de noviembre de 2009

LA HISTORIA DE FERNANDA

Estuvo nerviosa toda la tarde, jamás pensó que se atrevería a salir vestida de esa manera, tan... femenina.

Y contra todos los pronósticos, las cosas se fueron adecuando para que se cumpliera el propósito de esa noche. Hacía menos de una semana que venía preparándose, no es que ella fuera extraña, de hecho, siempre ha reconocido tener un gran contacto con su femineidad, sin embargo, lo que le esperaba era algo que jamás se habría esperado.

Sus compañeras de "aventura" se encargaron de dar los toques más sofisticados al arreglo, un cabello arreglado y planchado, bases, sombras, labial, glitter... y conforme se sumaban los elementos se venía dando una extraña transformación y ante los ojos de sus amigas, Fernanda emergía sorprendiéndose no sólo a sí misma, sino también a sus cómplices.

Ésa noche ella y sus amigas se habían propuesto averiguar lo que sucedía dentro de un table dance, pero no sólo eso, querían hablar con alguna chica y saber el dónde cómo cuándo porqué y para qué del asunto. Una cosa era arreglarse para salir por primera vez en su vida, y una muy diferente meterse a un lugar en donde las otras chicas son semi-diosas.

Con pasos vacilantes bajó de la camioneta pisando los zapatos de tacón de aguja. El tobillo amenazó con doblarse un par de veces hasta que se acostumbró a la sensación. Ése de allá se te quedó viendo Fer - le dijeron - ¿Ya viste que sí estás linda? ¡Ash, de seguro se me quedó viendo porque traigo algo mal en mi maquillaje o mi cabello! - respondió ella incapaz de reconocer el cumplido de su amiga.

Después de un par de cuadras, los pies ya conversaban bien con las zapatillas en las que se había montado y sus movimientos se volvían más graciosos, más seguros. Vana ilusión que se desvaneció en cuanto llegaron a la puerta del table.

¡Hola damitas! ¿Desean pasar?

Habló uno de los 4 gorilas de la entrada con un tono extrañamente amable mientras se las comía con la mirada. Fernanda se estremeció de sólo verlo. Pero nada la pudo haber preparado para lo que sintió cuando entró y se encontró con el ejército de Diosas en los sillones colocados apenas entrando, sintió sus miradas y se sintió sumamente avergonzada. Parecía un payaso, lo sabía.

Se refugió entre sus amigas tratando de pasar desapercibida deseando volverse transparente. El mesero llegó con los tragos y luego llevó a dos bailarinas a la mesa. Fernanda no sabía qué era mas incómodo, sentirse fuera de lugar o que las bailarinas la vieran con esa insistencia.

- Sé que me veo extraña, yo me siento extraña, pero no tiene porqué verme así.

Carolina (la bailarina) la miró directo a los ojos y le dijo. - ¿Tu ya habías estado aquí verdad?

- ¡Noooo! ¡Para nada! ¿Cómo crees?

- Me pareció reconocerte.

- ¿A mi?

- Sí, ¿Porqué te extraña, la verdad no estás nada mal, tienes piernas delgadas, no se te ve nada de panza y tienes brazos fuertes, de seguro que incluso te puedes trepar al tubo.

- No, no lo creo, gracias - Contestó Fernanda apenada, aunque no pudo evitar imaginarse haciendo piruetas en el tubo frente a todos, admirándola. No lo podía creer, una de ésas Venus la había visto y halagó sus piernas flacas y sus brazos hombrunos, incluso la pudo considerar como "una de ellas".

La noche siguió en un ir y venir de preguntas de las que Fernanda no accedió a hablarme. - Lo importante, -dijo- fue ése momento, en que me sentí una mujer.

4 comentarios:

  1. Cuando una descubre que se puede sentir y ser mujer, ese momento es... otra onda!!!

    http://emperatrizdeltrajin.blogspot.com/2009/11/sexy.html

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  2. Gracias por la referencia Venus.

    ¡Un abrazo!

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  3. jajaja ah que fernanda tremenda experiencia vivio en el table y a sentirse mas mujer que de costmbre

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  4. Alguna vez, quizá anónimo, conocerás a Fernanda, más mujer que muchas, creo yo.

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