jueves, 1 de junio de 2017

LAS MENSAJERAS

Desde hace algún tiempo comencé a descansar en las 4 máximas de la vida. Su sencillez es algo que me brinda mucha paz en los momentos más confusos.

Resulta que la vida me envió dos mensajeras durante el proceso que estoy viviendo.

La primera llegó algunas semanas antes del rompimiento. Yo estaba lleno de dudas acerca de la decisión de terminar o no.

Sin que yo dijera nada respecto a mi historia personal, mientras le colocaba las extensiones (que es a lo que me dedico ahora, poner extensiones de pestañas), comenzó a contarme que iba a viajar a Querétaro, por motivos de trabajo y que se iba a quedar en casa de una ex pareja.

Su historia y la mía de pronto comenzaron a parecerse mucho. Una pareja que "funcionaba" que se quería, que de buenas era maravillosa, pero que arrastraron muchos problemas, su separación fue similar, ambos entendieron que la situación no se podía sostener por mucho tiempo y que el cariño no bastaba para que la relación perdurara.

Yo estaba conmovido, fue una mañana sumamente difícil para mi, lleno de dudas e incertidumbre. Y de pronto, supe que era un mensaje.

Después de eso, su historia culminaba con un gran amigo, en quien confiaba al 100% y con quien no descartaba la posibilidad de regresar, pero que de momento, las vidas que ambos tenían no se prestaban para algo así. Y está bien. Concluyó.

Me hizo comprender que el proceso que vivía yo era justo lo que debía suceder, que como sucedía era lo único que podía pasar, y que estaba bien.

La segunda mensajera llegó el día de hoy.

Comencé mi servicio como siempre, una clienta más. Le fui explicando el procedimiento, los detalles de la aplicación, etc. y de pronto me aborda con un: ¿tienes un tres en tu fecha de nacimiento, verdad?

-No tengo uno, tengo tres. Respondí.

Comenzó a describirme a detalle, mi personalidad, lo que he anhelado en mi vida. El fin de mi vida Godínez, mi carácter, cosas personales.

Resulta que es numeróloga, vidente, comerciante y no sé cuantas cosas más.

Supo que hace poco me había separado, y describió la dinámica de pareja que yo tenía de una forma muy detallada. Me dijo que estuviera tranquilo, que el proceso tenía que ser así y que las cosas fluirían bien para ambos.

Dijo otro par de cosas que no pretendo compartir aquí pero me definitivamente me dejaron más tranquilo.

Hoy más que nunca estoy seguro de que hay alguien allá arriba que me está cuidando.

Gracias por todo, papá.

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