Hace poco, platicando con una amiga, me percaté de una realidad que me desconcierta...
Casi no hablo de lo que escribo, y suelo escribir aquello de lo que no hablo.
No sé a que se debe, y ciertamente, no me había dado cuenta hasta hace apenas unos días; en una aventurada suposición se lo atribuí al grado de intimidad que yo siento escribiendo... o hablando?
Hay algunos temas que sencillamente no toco con nadie cara a cara, quizá el blog me de un espacio sin ojos inquisidores o respuestas a pedir de boca, quizá, considero que quienes me leen, están vinculados de una forma más íntima conmigo, o que quizá tienen completa voluntad para dejar de leer si el tema no les interesa.
Al final, creo que se trata de facetas, en la vida real suelo ser divertido, ligerón y desmadroso. Al momento de escribir, muy posiblemente por la permanencia que tendrá cada una de las palabras, pienso mucho mejor lo que estoy diciendo.
es bueno tener un tiempo para nosotros mismos donde podamos desaogarnos expresar lo mas profundo de nuestro ser pero también es importante compartirlo con nuestra familia nuestos amigo o esa persona a la que amamos... guardarse tantas cosas a veces trae problemas y mal entendidos y si como dices piensas mejor lo que dices solo cuando escribes no queiro ni imaginar que que cosas tal ves desagradables o mal entendidas llegas a decir de viva boca. sale brother nos vemos
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarPues tienes una gran razón, no soy amante de los eufemismos y cuando hablo con alguien suelo ser directo y tajante, sin rodeos ni sutilezas. Lo cual no siempre sale bien.
Pero como decía en ésta entrada, hay facetas y hoy tengo la dicha de tener a algunos amigos y a una Gran Mujer a mi lado con quienes puedo compartir casi todo y obtener una opinión despojada de recriminaciones. Críticas constructivas y perspectivas claras. Soy muy afortunado.
¡Gracias por la visita!