¿LA CONOCES?

Remando en la web, encontré una entrada (dalé click, no te la perdás, que de verdad lo vale) en el blog "luchando en lodo", que me recordó algo de mi mismo.

(Suena extraño extraño eso de "me recordó algo de mi mismo", pero sé que a todos nos pasa)

Desde que yo tenía unos 15 años, llegué a una conclusión que poco o nada ha cambiado más de 10 años después.

"Toda mujer tiene algo de lo que te puedes enamorar"

Las hay tiernas, dulces y cándidas; las hay amazonas semi salvajes de carácteres volubles; las hay de diferentes tamaños también: gordas como manzanas y flacas cual vitolas, las hay llenas de curvas y recobecos, también hay algunas que emulan orugas, y las armadas "sobre pedido"; puedes encontrarlas amarillas, blancas, morenas, negras, rojas; hay algunas que tienen risas de cascabel y dientes perlados; las hay también que no ríen pero hablan con las manos.

Parecería que las variaciones son infinitas, parecería que no podrías encontrar a dos pelirojas iguales, a pesar de que son tan escasas y tan encantadoras.

Y tal es la naturaleza de la mujer... que podríamos elegir su mirada, su sencillez, su modo de andar o la forma en cómo se mueve su pelo con el aire; quizá la textura de sus manos, el color de sus ojos, o el sabor de sus labios.

Incluso yo he doblado mis poro flexibles estándares cuando hay motivos suficientes para ignorar un par de cosas. Pero... ¿Cuando no hay motivos suficientes?

*Por cierto, divagué y perdí el objetivo de la entrada: si conocés a la chica que Jotapé describe, dile que la quiero conocer...