A propósito de todo el desbarajuste que se ha presentado a partir de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, me he preguntado constantemente a qué nos tendremos que acostumbrar ahora que nos atenderá una empresa que absorbe en cuestión de días, todo el trabajo que medio hacía la extinta.
El sábado CFE pasó la primera prueba. En casa nos quedamos sin luz a partir de la noche del viernes, para colmo, nuestro teléfono es inalámbrico, así que quedarnos sin luz representa también quedarnos incomunicados. El sábado alrededor de las 10 de la mañana me comuniqué al teléfono de servicio 071 instaurado por el gobierno federal para la atención de quejas y aclaraciones en sustitución de LyFC. La atención telefónica fue buena, a pesar de que tuve que repetir varios datos dos veces, la telefonista se mostró amable y dispuesta. Cuál fue mi sorpresa cuando media hora después ya tenía a dos sujetos afuera de mi casa inspeccionando los cables y las luces de mi casa parpadeando. Cuando salí para ver si eran los de CFE, comprobé que ya habían detectado el problema, el árbol de mi vecina que estaba dándole en la torre a los cables, (clásico). -Tenemos que cortar el árbol- dijeron, haciéndome pensar que mi problema de luz quedaría solucionado hasta el lunes, pues ellos llegaron en una camioneta sin equipo para tal tarea.
Salí a hacer algunas compras y cuando regresé a las 3, me encuentro con un montoncito de troncos bien ordenado al pie del árbol y que en casa la luz había regresado.
Se siente uno bien, cuando las cosas simplemente... ¡funcionan!
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