lunes, 23 de agosto de 2010

ADOPCIÓN Y HOMOFOBIA

El pasado 16 de Agosto, los ministros de la Suprema Corte de la nación, otorgaron su aprobación para que los matrimonios homosexuales pudieran tener acceso a la opción de adoptar un hijo.



Una acción a la vez revolucionaria (por el contexto tradicionalista de nuestro México) y desde el punto de vista de algunos innecesaria (puesto que en la constitución, el derecho de adopción pertenece a los matrimonios reconocidos por el estado, y jamás menciona que es excluyente de matrimonios homosexuales)

Hay tantos argumentos para debatir acerca de si es "natural" o no la homosexualidad que no sería suficiente exponerlos en una sóla entrada, pues la réplica es necesaria. Sin embargo, y ya instauradas no sólo las relaciones homosexuales públicas sino incluso su unión legal ante el estado, creo que la discusión no tiene mucho sentido. Podrás estar a favor o en contra, pero es su derecho unirse como pareja.

Hace algunos años, alguien me preguntó mi opinión sobre el mismo tema. Le dije que era algo muy complicado, pues los niños podrían confundirse acerca de sus preferencias sexuales, o que podrían ser víctimas de las peores burlas o difamaciones por parte de sus compañeros de escuela.

Sin embargo me quedé pensando mucho en el tema, y llegué a las siguientes conclusiones:

1.- Si hay personas homosexuales, hijos de padres hetero. ¿Es acaso porque están confundidos? No lo creo. Definieron una postura basándose en sus propios gustos independientemente de si sus padres lo compartieran o no. Por tanto, no necesariamente un joven hetero sería tan influenciado como para pensar que su heterosexualidad es "anormal" o "inaceptable".

2.- Las burlas, ¿Si yo fuera un niño sin padres, abandonado y uno entre otros 300 que tienen que compartir habitaciones, ropa, comida y atenciones (cuando las hay) o puedo elegir entre un par de personas que quieren procurar un buen futuro, amor, atención y protección, aunque se burlaran de mi, elegiría la segunda opción.

¿Qué los hace tan diferentes?
¿Acaso voy a dejar de hablarle a alguien porque le gusta comer ajos crudos y lo "normal" es que sea algo desagradable?
¿Acaso porque alguien prefiere el helado de fresa al de vainilla lo voy a tachar de raro, anormal o anomalía?

Son gustos señores, y si alguien que come hígado con mermelada puede adoptar niños, ¡Un gay también!

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