viernes, 11 de octubre de 2019

EPIFANÍAS PARA MASTICAR

En una ausencia terrible a este blog, (por circunstancias varias) me he visto un poco desprovisto de mi espacio favorito para la reflexión. (hablo de este blog, claro). He lidiado con duelos varios, conflictos personales y económicos que no me han sido fáciles de superar, pero... en la búsqueda de respuestas, he alcanzado varias epifanías personales, acerca de lo que soy y lo que me lleva a hacer lo que hago. Algunas, las acepto como parte inherente de mi; otras, me han puesto a trabajar duro para tratar de modularlas, una o dos por ahí, aún ni siquiera sé por donde empezar a masticarlas.

Como siempre, escribirlas aquí tiene un propósito terapéutica para su servidor, y pues, si a alguien por aquí le cae un veinte de paso, sírvase con la cuchara grande.

No tienen orden jerárquico, ni cronológico, sólo, van todas juntas como canasta de tacos sudados.


  • Tengo un gran conflicto de autoridad, nacido de padres controladores que, en su afán por llevarme a la excelencia, procuraban tener cada aspecto de mi vida dentro de la línea que ellos creían era la mejor. En la actualidad, me cuesta tomar consejos, pues una parte mía (muy muy adentro) se rebela ante cualquier persona que trate de decirme qué es lo mejor para mi. Aunque lleve las mejores intenciones. En ocasiones, me he visto cambiar decisiones que ya había tomado sólo porque alguien me las sugiere y entonces, hago justo lo contrario (terrible, lo sé.)
  • Mi madre, en ocasiones me llevaba a su trabajo (era maestra de educación física). Yo me quedaba encerrado en el cuartito donde ponen su material hasta terminar la tarea y después tomaba un balón para jugar sólo en el patio el resto de la tarde. No lo sabía hasta hace poco, pero generé un resentimiento por la atención que ella ponía a sus alumnos (más atención cuanto más rebeldes y mal portados eran) y que no me ponía a mi. Hoy, tiendo a sentirme... afectado, cuando alguien más recibe atención que no se merece (según la evaluación de mi cabecita loca), y que yo no obtengo.
  • El sentimiento de obligación a cumplir las altas expectativas de mis padres, me llevó a una falta de... definición personal. de... construcción personal. En mi discurso personal (y en varias de mis acciones) tiendo a salirme del molde, a hacer las cosas diferente, sin embargo. Aún cargo con un peso alto de... necesidad de complacer a los demás para obtener su aprobación y supongo por consiguiente, aprobación y afecto. Dejando mis deseos y necesidades en un segundo plano. Y al no seguir mis propios deseos, vivo atrapado en un laberinto de acciones que tienen que ver más con lo que se espera de mí que con lo que en realidad soy. Esto choca de forma tremenda con la primera viñeta y me convierte en alguien que complace hasta que se harta y jode sus relaciones.
  • Viví mucho tiempo (aún a veces me acosa) bajo una sensación de no ser suficientemente bueno en nada. Escribo, hago foto, bailo, cato vinos, doy masajes, capacito, mesereo, juego billar, hago locución, soy un estuche de monerías... sin embargo, nada de eso (a mi juicio personal) lo hago lo suficientemente bien como para dedicarme a eso y vivir bien en consecuencia. Como un ajonjolí de todos los moles, cosa que intento, suelo lograrlo relativamente bien, lo suficientemente bien, pero al parecer en nada de una forma... destacada. Trato constantemente de perdonarme por ello, y de no vivir en la tormentosa búsqueda de la excelencia.
  • Hay muchas cosas que me apasionan, por un tiempo, sobre todo cuando son novedosas para mi. La foto, los vinos, algún tema literario, el cine... sin embargo. Cuando comienzo a avanzar en el estudio o la práctica de tal o cual cosa, de pronto... pierdo interés, empuje. Y se queda como algo que me gusta, pero que ya no me llena como al principio lo hacía. (eso obviamente hace difícil que alcance la excelencia del punto anterior. Paradójico)
  • De niño, vi muchos anhelos frustrados por la situación económica de casa. No voy a tirarme al suelo y decir que usaba ropa rota y pasaba hambre, no. Pero conviví con primos con mejor posición económica y éso movía mis expectativas hacia arriba. Me vi obligado a renunciar a tener una autopista, un carrito a control remoto, a salir de vacaciones, a tener un nintendo, o un game boy. (que eran cosas que mis primos tenían). Y me acostumbré a renunciar a las cosas que deseaba. Hoy como adulto... me cuesta trabajo formular deseos, objetivos, después de una vida aprendiendo a vivir con lo que hay, sabiendo que lo que quiero no lo podré tener.
  • Con frecuencia, miro al trabajo (el que sea) como una especie de "obligación" y no como una forma de conseguir los objetivos (¿cuáles?) que persigo. Me cuesta dejar de decir "tengo que" y verlo como la forma de obtener ingresos y llevarme a donde quiero.
Son los que recuerdo ahorita, hay bastantes cosas que debo solucionar para poder avanzar de forma más sana y limpia. y evolucionar por fin a algo más.

Wish me luck

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Todos los comentarios pasan previamente por una revisión mía, básicamente para evitar el spam. No importa si estoy de acuerdo o no, lo publico.

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