Fui un partícipe de una cierta tendencia por ahí iniciando el milenio; en la cual muchas personas comenzamos a tener ventanas para escribir. ¿De qué? no importaba en realidad, pero había una comunidad bonita e importante, donde escribías lo que querías y leías lo que otros escribían, y te alimentabas y aprendías y crecías, y hacías amistades que nunca conocías, más que por sus letras, por sus pensamientos y sentimientos, o sus ficciones.
Hoy, me siento literalmente en un cementerio de bloggers, en un mundo donde perdí a la gente que leía, que ya no escribe (yo mismo dejé de escribir mucho tiempo). Mis listas de lectura son de hace 8 o 10 años, la mayoría, porque ya nadie produce, y no producen, porque ya nadie lee.
Afortunadamente, yo siempre he escrito para mi. Y aunque me encanta tener visitas y comentarios, y debatir con mis lectores, ahora creo ya extintos. Creo que seguiré escribiendo, como cantando hacia una ventana que mira al mar, donde nadie te escucha, mas que tú mismo.
Puede que esté cincelando sobre las criptas de un cementerio olvidado hace tiempo, pero éste gorrión, aún tiene melodías que cantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario