martes, 3 de junio de 2008

RIDICULO

Basta con escribir la palabra y algunos nos sentimos un poco incómodos.

-- Yo no me dejo llevar por lo que dicen los demás, soy auténtico – exclaman muchos asumiéndose independientes y no influenciables.

La timidez, fue un fantasma que consumió la mayor parte de mi infancia y cegó, cual cataratas, muchos de mis anhelos por temor a las personas, a sus pensamientos, a sus reacciones, a lo que dijeran o pensaran de mí, ¿Qué es eso, sino temor a hacer el ridículo? ¿Temor a hacer, decir, o ser algo o alguien que los demás no aprueben, o peor aún, que consideren jocoso, no digno, estúpido, no “común”?

En uno de los libros de Harry Potter, se les enseña a los alumnos a combatir a los boggarts, criaturas capaces de transmutarse en el mayor temor de quien tienen enfrente, ¿la solución? Un hechizo sumamente sencillo de ejecutar, si eres capaz de combatir tu temor: ridikullo, éste hechizo, colocaba al boggart en una situación tan ridícula que era imposible temerle y más que miedo, provocaba risa al quedar tan tremendamente humillado Ése es el poder del ridículo, contra el cual, encontré mi propio hechizo.

Hace algunos ayeres tuve la fortuna de encontrar a mi camino a alguien que (a pesar de muchos otros problemas) destacaba increíblemente por un desprecio al ridículo que rayaba en la locura. Fue una de las temporadas mas divertidas de mi vida. Bajábamos de los taxis al estilo “comando”, musicalizábamos con nuestras horrendas voces las canciones que alguien más cantaba, nos convertíamos en mimos sin maquillaje, jugábamos con la aparente inocencia de un niño con la conciencia de que nos ridiculizábamos a nosotros mismos.

¿Saben qué sucedía? No nos convertimos en payasos de nadie, la gente no se reía de nosotros, se reía con nosotros, a la vez que adivinábamos en sus miradas el anhelo de atreverse a ser, decir o hacer lo que quisieran ser, decir o hacer, y no lo que los demás esperan que sea dicho o hecho. Nos convertimos en inspiración, en héroes para algunos, en soporte y alegría para otros, y todo con el sencillo, pero prohibido placer, de ser justo quienes somos.

Yo soy quien soy, -- dirán muchos de los que lean éste post --, pero les apuesto a que todas las mañanas se miran en el espejo pensando en cómo se verán o qué ponerse, o que lamentan haber dicho algo que hizo que aquella persona que admiran cambie su opinión acerca de ustedes, o que han cometido el error de tratar de cambiar y mostrarle su mejor cara a la persona que aman.

Si no lo han hecho, felicidades, pues es algo muy difícil. ¿yo? He ido perdiendo el talento, a veces absorbido por el sistema, por la sociedad y sus “deberían” me veo arrollado hacia la moda, al estereotipo, al predecible ser. Lo que me mantiene vivo y lo que conserva éste brillo en mis ojos, son aquellos momentos en que recupero la capacidad de ser, tan libre, individual y único que no puedo ser juzgado sin que el juicio sea injusto, tan niño, tan feliz, tan grande…

3 comentarios:

  1. ¿por que a veces esperamos demasiado de las personas que estan a nuestro lado?....sera por que nos hacemos a la idea que algun dia cambiaran y que eso que sentimos por la persona, quiza lo haga, ¿pero sera que llegue a pasar?...quiza sea una incertidumbre que siempre embargara mi mente...pero mientras tanto sigo aferrado a la ilusión de que lo hara, el hecho de escribir mi sentir es por que me en ocasiones me siento tan solo, sin nadie que me pueda ayudar, o sin nadie que me empuje para seguir adelante, es tan ironico que la misma soledad me ciega a enfrentar mi realidad que me siento en un precipicio donde nadie me escucha y nadie esta ahi para darme su tersa mano, que estupido soy a veces, pero la vida nos enseña las crudas situaciones que tenemos que pasar para poder madurar y enfrentar a nuestros demonios y miedos, pero como lograrlo cuando la soledad es profunda y la ausencia de esa persona, que aun fisicamente esta ahi, pero no espiritual, quiza por que no eh decifrado el idioma o camino para llegar a el....

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  2. Ese placer de no tomarse enserio, de poder hacer lo que uno quiere sin atenerse a la opinión ajena, y así disfrutarse a uno mismo, es lo que yo llamaría una de las más puras formas de libertad. El ridículo es ciertamente uno de los tantos limites que nos imponemos a nosotros mismos. Librarse de el es siempre ser un poco más libres, y más nuestros.

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  3. De verdad que da un miedo terrible a hacer el ridículo, pero con el tiempo he aprendido a superarlo, hay veces que creo que ya esta dominado...y no es así!!! y por no enfrentar ese miedo he perdido oportunidades que la vida me presenta, tenía la idea de citar la actitud de los niños, q no le temen al ridículo, pero lamentablemente cada vez mas, hay niños q tienen miedo a expresarse, lo que deberiamos aprender es a reirnos de nosotros mismos y bueno, algunas veces recuerdo una situacion "ridícula" que he pasado y me rio mucho, pero en el momento me sentía sumamente avergonzada!! la vida es bella y ay sonreir

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