miércoles, 11 de marzo de 2009

... DE SABINES

NO ES NADA DE TU CUERPO,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -- Tu boca
que es igual que tu sexo --,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuero,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada --¿qué es una mirada?--
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces, ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

1 comentario:

  1. Es uno de los más intensos poemas del gran Sabines. Ha sido un gusto leerlo en tu blog en el que por azar recalo.

    Gracias.

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