lunes, 18 de mayo de 2009

OIor de hogar

Hace un par de años, tuve la fortuna de ser instruido por un magnífico personaje al que pocas veces le llamé "maestro" o "profesor". La mayoría de nosotros, lo llamábamos simplemente Rafael. Como un instrumento para dar sus clases, solía contarnos historias que contextualizaran el tema e hicieran más fácil recordarlos posteriormente.


De entre esas historias, nos contó la de un viajero que regresó a su casa después de años de ausencia y de su sentimiento de no estar en "su hogar" al ver cómo habían cambiado las cosas durante todo ese tiempo. - A mi me pasó exactamente lo mismo - nos contó; -yo nací y crecí en un pueblito en Tabasco, que abandoné para venir a estudiar la preparatoria a la ciudad de México, después de casi 20 años regresé a mi pueblo buscando reencontrar mi pasado y regocijarme con los recuerdos de mi infancia, pero sólo encontré tristezas y desilusiones. Las personas que yo conocí, ya no vivían ahí, o habían muerto; las calles habían cambiado de tamaño, y estaban pavimentadas, las zonas que antes pertenecían a la hierba y a los animales hoy estaban invadidos de casas y más calles. Me costó incluso reconocer la casa donde crecí. Y me sentí tan vacío. Después de visitar el pueblo, nos dirijimos a la playa, con el deseo de descansar un par de días, y mientras viajábamos por la carretera lo olí. Era ésa mezcla de aromas de plátano y café, combinado con aquella brisa marina era algo que no estaba buscando, que no tenía presente, pero que en cuanto se me presentó invadió mi memoria con las más gratas sensaciones, y entonces supe, que había llegado a casa.

Ciertamente el olfato es el sentido más primitivo del ser humano, uno de los menos atendidos, pero también uno de los que más marcas y huellas deja en nuestro inconsciente, evocando no imágenes, sino sensaciones y a veces experiencias completas con el sólo recuerdo de el perfume.

Intrigado, me puse a tratar de recordar a qué olía mi propia niñez. Como defeño de tercera generación, no hay ningún tipo de campo, playa, o animales de granja que puedan invadir mi memoria de manera tan peculiar. Pasé y repasé mis experiencias buscando esos olores que lograran evocar mi niñez; y tras semanas de exploraciones mentales (y de un par de jaquecas) las encontré.

Mi niñez huele a bolillo recién preparado; a closet de madera vieja, de ésos que son húmedos en temporada seca; huele a pasto húmedo con la brizna matutina; huele a café con leche y a natas con azúcar. Cuando percibo ésos olores, siempre me siento bien, hasta hace algunos años no sabía porqué. Hoy se que me siento como en casa, estoy en mi hogar.

¿A qué huele tu niñez?

7 comentarios:

  1. Mi niñez huele... a leche caliente con nata (guácala), a leche de bulgaros -si de esa natual hecha con bácilos-, a pancita dominguera, tacos de barbacoa y camarones igual domingueros del mercado de la industrial, a suelas de cuero, neolite, cemento, thiner, gasolina... y... claro a acambaritas!!! Todo esto huele a... mi padre.

    Te dejo este link
    http://emperatrizdeltrajin.blogspot.com/2008/07/de-birria-acambaritas-y-ms.html

    Qué bueno que has recordado a que huele tu infancia amigo!!!

    Debo decirte un secreto... no sé porque extraña razón tienes el arte de arrancarme las lágrimas, esas que vienen de lo más hondo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Tu sabes muy bien que, o tengo un superavit de modestia o tengo un déficit de blof, pero no me siento un artista, aunque parte de lo que hacemos los bloggers a cada entrada se puede describir como arte. Desde mi concepción personal, la ambición más grande de un artista es tocar el corazón de los expectadores en las fibras más hondas. Al reconocer que he logrado llegar a ésas fibras tuyas, has tocado las mías.

    ResponderEliminar
  3. Tienes una idea de como soy -creo- Estúpidamente sensible cuando alguien sabe tocar esas fibras. Puedo asegurate que much@s lo han intentando y no lo consiguen, ni para bien ni para mal -o sea enojada- Una de ellas es mi terapeuta, jajaja quiere hacerme enojar y aún no lo consigue. Sin embargo... hay ocasiones que en tus entradas escribes, describes las situaciones de tal forma que parecieran brocas al taladrar para alcanzar el fondo.

    Eres un buen chico y sabes que mi familia te aprecia y en "ella" ocupas un lugar de "hijo".

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. MALDITA SEAAAAAA¡¡¡¡¡¡
    NO HUELE A NADA ....
    NO TUVE NIÑEZ¡¡¡¡¡¡¡¡
    DONDE CONSIGO UNA?????
    QUIEN LA VENDE?????

    MR ANONIMO
    ...

    ResponderEliminar
  5. me da mucho gusto que hayas recordado.. coincido con Venus en que tienes esa forma, arte que logra sacar lagrimas de lo mas adentro.. al menos a mi tambien me las sacas...
    Saludos y un mega abrazo

    ResponderEliminar
  6. Halagadora tu visita y tu comentario Musa. Me gustaría saber si tuve también la habilidad para hacerte regresar en tu tiempo para encontrar tu propio hogar.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Pues... creo que un poco si la verdad es que aún no hay mucho que recordar jeje
    y con lo anterior siempre te lo e dicho, tienes ese don.

    ResponderEliminar