INFANTE II

Te reto.

Te reto a inventar criaturas magníficas nacidas del fondo de tu imaginación. Te reto a tratar de sorprenderme con animales de 10 patas y 5 ojos, verdes viscosas o moradas y escamosas.

Te reto a tratar de inventar un mundo más sorprendente del que vivimos, y que ya olvidaste.

En mi mundo hay animales con cuellos enormes, de color amarillo y con manchas únicas, y tienen cuernos que no le sirven de nada (creo) y lenguas largas y viscosas y ojos del tamaño de pelotas de ping pong, delgados y altos, capaces de matar leones y tigres de una patada, pero simpáticos y amigables y con una mirada pestañuda que no puedes ignorar.

En mi mundo hay animales de 8 brazos, blandos y medio asquerosos que te succionan, con cerebros enormes y una inteligencia destacada, que cambian de color a voluntad, capaces de matar cangrejos y tiburones, con lenguas óseas que taladran y serruchan, que disparan chorros de tinta y se impulsan con propulsión a chorro y además, son deliciosos.

En mi mundo sólo hay una luna, pero una luna que a veces es redonda, pero casi siempre no, y que a veces es roja, o naranja o amarilla o blanca.

En mi mundo hay un mar que respira, que sube y baja sus enormes brazos al ritmo del sol y de la luna y que a veces es azul y a veces verde también rosa o negro, algunos ríos lo desgarran de color arena o de rojo.

En mi mundo hay criaturas pequeñitas, que se reproducen por millones, que construyen enormes metrópolis con cámaras bien ventiladas y funciones bien determinadas. Pueden desintegrar el cemento y comen casi lo que sea, una sola de sus ciudades, por su magnitud, se puede comparar con una muralla china. Y su cerebro es más pequeño que la cabeza de un alfiler.

En mi mundo puedo comer hierbas, animales, granos, raíces y plantas y la cantidad de cosas deliciosas y fantásticas que se pueden hacer con ellas es innumerable.

Mi mundo está lleno de aromas, y cada objeto tiene el propio; el chocolate, el mar, el queso, la canela, el café, el pasto, la flor y el pan son de mis favoritos.

Mi mundo es tu mundo, pero dejaste de verlo, de sentirlo, de escucharlo y de probarlo. Te reto, a que me cuentes de un mundo más sorprendente, más maravilloso y enigmático, reto a tu imaginación a ganarle a mi realidad, y cuando sientas que has perdido, te invito a vivirlo juntos.