Durante muchos años, desprecié la idea de que el karma existiera, de que pudieras crear ondas negativas en tu entorno, que a la vez, atrajeran malas experiencias. Pero una y otra vez, tropezaba y tropezaba sin motivos aparentes, y si, cual gandalla culpaba al mundo de todas sus barbaridades sin percatarme que yo mismo era un bárbaro alimentándome de ira, odio y resentimientos.
Limpiar el karma no es fácil, las facturas no se pagan solas, y uno se ve obligado a permanecer firme en nuevos propósitos mientras el espíritu se purifica. No siempre es fácil, pero poco a poco, las nubes se comienzan a despejar.
Es muy fácil mentirte a ti mismo y decirte que haces lo mejor que puedes hacer, pero sólo tu corazón y espíritu podrán decirte cuán elevados están en verdad y cuán limpios se sienten.
El karma... no se trata sólo de bendiciones esperadas, sino de tratar de crecer, ser mejor, y evolucionar, por la simple razón de que es posible.
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