Mi cuerpo duele.
El día de ayer vino mi tío Miguel a ayudar a mi mamá con unas reparaciones de la casa. Aunque sinceramente la definición que tiene mi tío y la que tengo yo son bastante diferentes, creo que todos quedamos satisfechos con lo que se hizo.
Él ya no es un jovenzuelo, y, afectado de la espalda debido a una fuerte caída hace algunos años, se encuentra relativamente limitado para hacer esfuerzos o cierto tipo de movimientos. El caso es que durante su estancia habrá dado algunas vueltas al desarmador y quitado algunas piezas, pero se dedicaba prácticamente a darme instrucciones.
Después de alrededor de 8 horas de trabajo, la llave quedó libre de goteras y con las piezas limpias y casi por completo libres del sarro acumulado durante 10 años de uso; el sofá cama, volvió a quedar en estado funcional después de desprender toda la estructura y realizar un par de chapucerías con el herrero, que terminaron por funcionar de forma increíble; volvimos a montar una tapa (del mismo sillón) que se había desprendido y arreglamos los pilotos de la estufa, tras desarmarla por completo y rearmarla con un tornillo de sobra.
Las conclusiones del día:
A mi tio le gusta desarmar todo lo que arregla, desarma, limpia y en el proceso trata de descubrir qué está fallando.
Le gusta mucho la música norteña, la cerveza y mandar mientras "trabaja".
Que mi tío te ayude, es tremendamente cansado.
Te ayuda más de lo que crees, si él hubiera arreglado todo, yo hoy no sabría desarmar una llave ni hubiéramos descubierto juntos el regulador de gas de la estufa de mi mamá. Bien dice el proverbio ése que si quieres ayudar a alguien, no le des un pescado, enséñale a pescar.
Hoy me duelen hasta las llemas de los dedos por estar limando piezas de metal y limpiando piezas llenas de sarro, pero me siento satisfecho y feliz de haber aprendido nuevas cosas.
soy la visitante 1415 ¿va a haber algún regalo?
ResponderEliminar:D
Tengo miedo y muchas ganas de pedirle a tu tío que me ayude a arreglar los desperfectos varios que existen en mi baño... lo pensaré un poco más.
ResponderEliminarSi confías lo suficiente en mi, no creo que haya demasiado problema en arreglar tu lavamanos, habrá que instalar unas llaves de paso, para no molestar a la vecina, y además hay que hacer el presupuesto...
ResponderEliminarLo del premio, déjame pensarlo un par de minutos...
no.
Eso que descubres después de el cansancio y la "incomodidad" es lo que le da sabor a la vida, te da ánimo de investigar, de aprender y "aprehender" cosas, más cosas, muchas más cosas nuevas. El hambre de saber es insaciable cuando quieres crecer. Otros se limitan a pedir.
ResponderEliminarAplica en ti mismo eso de: "Bien dice el proverbio ése que si quieres ayudar a alguien, no le des un pescado, enséñale a pescar".
Como bien dice el refrán gringo: No pain no gain. Y no es masoquismo, sino sencillamente que lo vale la pena, suele tener un costo.
ResponderEliminarBien por ti, el dolor se va, el aprendizaje queda.