jueves, 9 de julio de 2009

JORNADA ELECTORAL

Agotador. Es lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en el domingo pasado.

Como presidente de casilla, tuve algunas ventajas, pero también otras responsabilidades. Yo tenía en mi poder las boletas electorales desde 4 días antes de las elecciones, debía custodiar las boletas, actas urnas y la mesita armable ésa donde votaste (si votaste).

Levantarme a las 6 y media en domingo verdaderamente no me hace gracia, si el destino no es una hermosa alberca a unas cuantas horas de nuestra pobladísima urbe, pero ni modo, lo tuve que hacer.

Fui realmente afortunado en contar con dos funcionarias comprometidas con sus responsabilidades y siempre dispuestas a ayudar, gracias a las dos. Nos apuramos a armar e instalar todo lo necesario, pero nos comió el tiempo, era extraño ver a 14 personas instalando simultáneamente 4 casillas (dos para elecciones locales y dos para federales) y darnos cuenta que pasada la hora de la apertura aún no estábamos listos y ya había personas haciendo fila.

Por fin, a las 8:24 mi casilla quedó listo y declaramos el inicio de las votaciones, mientras las otras casillas aún se peleaban con los representantes de partido que exigían que se iniciara la votación de inmediato.

En general la votación transcurrió sin grandes cosas que comentar; muchas personas extraviadas que no sabían cuál era la casilla que les correspondía, incluyendo a uno que casi nos golpea como si nosotros tuviéramos la culpa de que el señor hubiera recorrido ya 5 casillas sin encontrar la suya (me tentó a usar la fuerza pública, pero no se quedó el tiempo suficiente para justificarlo), algunos que pretendían entregarnos las boletas en la mano en lugar de depositarlas en su sitio y la sorpresa de ver a un joven con parálisis y a un anciano que apenas y podía desplazarse, llegando a votar, un par de niñas guapas y la satisfacción de tener su dirección en la mano, y los privilegios como presidente de pintar dedos hasta a los chamacos que se acercaban curiosos al marcador (de dedos) para saber de qué se trataba el juego.

El conteo se llevó a cabo en orden y con calma, yo había pensado que los representantes se pondrían más sangrones pero no fue así.
Ya para el cierre el agotamiento y la frustración comenzaron a apoderarse de todos, incluyendo a mis funcionarias, que firmaron y asentaron lo que había que hacer y huyeron antes de que el paquete electoral estuviera armado, igual que muchos de los representantes, nada raro después de más de 12 horas en el mismo sitio. Yo aún me quedé a armar el paquete y cumplir con las obligaciones que tenía como presidente, armar y custodiar el paquete electoral.

No me lo había tomado tan en serio hasta que me avisaron que venía una patrulla a escoltarme y mi instructora me confesó que durante todo ése día yo gozaba de fuero. No sé de que me sirve el fuero si no me dejó pasarme la única luz roja camino a la casilla, y de qué me servía la escolta si no me dejó cambiar "ligeramente" la ruta para pavonearme frente a toda la colonia, pero así fue.

Al llegar a la casa del distrito, una escolta adicional de tres policías me acompañaron en el trayecto de los últimos 100 metros mientras avisaban de mi llegada. (Caray, esto es más serio de lo que creí).

Entregado el paquete me fui a mi casa, el reloj indicaba las 10:30, y mi cuerpo sólo gritaba que no estaba dispuesto a moverse más. Pero la importancia del trabajo, el dinero y el esfuerzo invertidos en todo el proceso tomo un nuevo significado para mi. No soy el ingenuo que piensa que "todo está en orden" y que en todos lados es tan lindo y pacífico, pero hay muchos ciudadanos involucrados y preocupados por construir un México que funcione, creo que aún no somos suficientes, pero lo intentamos.

Jornada electoral cerrada

4 comentarios:

  1. El poder -del tipo que sea- brinda satisfacciones y/o frustraciones -en ocasiones ambas-.

    Podría felicitarte, prefiero AGRADECERTE por ese compromiso como ciudadano -así como con los ciudadanos comunes como yo :D- y las horas de trabajo invertidas Antes-Durante-Después, de tan dura jornada electoral.

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  2. Vaya experienciai la tuya, me contento sobradamente con leerte, si tu a tus veintes terminaste así de cansado, yo terminaría en urgencias del SS.
    Es cierto, hay quienes de buena voluntad intentan construir un México que no existe, un México que se sueña y que no se si algun día llegue yo a ver.
    Gracias por ser uno mas de esos anónimos que no van por un hueso, sino por servir a su país, creeme, es reconfortante.

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  3. Siempre es agradable encontrar esperanza en alguien y más agradable aún saber que se actúa en base a ella.

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  4. Venus, JJ, Angel, me siento más que halagado, en realidad no publiqué el post esperando encontrar éstas muestras de reconocimiento. Lo hice porque creí que debía hacerlo, porque estoy convencido de que si algún día tendremos el país que todos deseamos, será fruto del trabajo y no de la suerte. De cualquier modo. ¡Gracias! Han renovado mis fuerzas. ¿Cuándo son las próximas elecciones?

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