Hace como 4 meses recibí la primera visita de Isadora, mi Asistente Instructor Electoral quien, hecha bolas como iba con una montaña de volantitos y papeles fué a tomar mis datos y a avisarme que había salido sorteado para ser funcionario de casilla.
Debo aceptar que la noticia me provocó sentimientos encontrados, por un lado la posibilidad de vivir una nueva experiencia me llamaba la atención, por otro lado, el pensar en pasar todo un día contando votos, revisando boletas, armando las mesitas y todos esos rollos no era tan atractiva. Al final me ganó mi sentido del deber, y como buen ciudadano acepté ser funcionario.
Ya perdí la cuenta de cuántas personas me dijeron que debí haber rechazado el nombramiento cuando les conté, también perdí la cuenta de a cuántos de ellos les callé la boca diciéndoles que trato de ser responsable con mi ciudad y mi país, y que México funcionaría mejor si cada quien hiciese lo que le toca hacer y dejara de echarle la bolita a alguien más o de salirse por la puerta fácil.
Hace un mes me dijeron que me tocaba ser Presidente de casilla, y a pesar de recibir la capacitación dos veces y haber estado en un simulacro aún no me siento del todo listo. Creo que debo ponerme a estudiar.
Una cosa que en definitiva será divertida, es la oportunidad de pintarrajearle el dedo a la mitad de la colonia. (Hubiera sido mejor poder elegir dónde, pero me conformo con el dedo y un ¡ay! ocasional)
Ufff que rápido has ascendido :o
ResponderEliminarjejeje.
Muy bien Señor Presidente, éxito con esos dedos pintarrajeados... pero fíjese bien cuales dedos eh!!! Ya ve que luego surgen sorpresas... jejeje
Habla bien de usted como ciudadano.
Saluditos.
En realidad no todo lo que hago habla bien de mi como ciudadano.
ResponderEliminarQuiero portarme bien, pero se me olvida.